Ser el mejor de un deporte olímpico cuesta más que 4 años de duro trabajo, tienes que vivir para el deporte, sacrificar todo y tener suerte de que ya en tu competencia todo salga bien. Es por ello que lograr estar el la cima olímpica por dos ciclos es algo muy complicado.
En el patinaje artístico solamente dos patinadores habían logrado esta hazaña, el último de ellos había sido el norteamericano Dick Button, quien ganó el oro en Saint Moritz 48 y Oslo 52. Desde entonces, nadie se había colocado en la cima olímpica por 2 ocasiones hasta hoy, cuando el famoso patinador nipón Yuzuru Hanyu lograra su segunda medalla de oro en el patinaje artístico varonil en unos Juegos Olímpicos.
Yuzuru había tocado la gloria olímpica hace 4 años cuando después de una muy emotiva rutina se quedó con la medalla de oro y de ahí se convirtió en un referente mundial del patinaje artístico.
Para PyeongChang 2018 llegaba como favorito, incluso decidió no participar en la competencia por equipos para enfocarse exclusivamente en su competencia individual, cosa que causó polémica entre los otros patinadores japoneses quienes no contaron con el apoyo de su mejor integrante.
El primer día de su competencia realizó una rutina corta sobria y muy eficiente, la cual le otorgó fácilmente la primera posición. El apoyo incondicional de sus fanáticos se vio reflejado en una lluvia de muñecos Winnie Pooh sin precedentes para una competencia olímpica.
Sin embargo, el camino a lo más alto del podio no sería fácil ya que la competencia por las medallas era muy fuerte. Sus principales contrincantes eran su compatriota Shima Uno y el español Javier Fernández.
Durante el programa largo Hanyu fue el primero de los tres en salir a la pista. La música que eligió para su rutina no es muy conocida internacionalmente, se trata del soundtrack de la película Onmyoji (el maestro del ying yang). Su rutina fue buena, con un alto grado de dificultad, aunque desafortunadamente tuvo algunos problemas que lo llevaron al hielo en un par de ocasiones. Sin embargo, su transmisión hacia las gradas fue impresionante; al concluir su rutina, de nuevo los peluches cubrieron la pista.
Su puntuación fue muy superior a la de los demás competidores sacando casi 20 puntos de ventaja al entonces segundo lugar.
A continuación el español Javier Fernández, ataviado como un Hidalgo del siglo XVI, patinó con una selección perteneciente al musical El hombre de la mancha. Su rutina fue perfecta, no cometió ningún error y la combinación de música, vestuario y patinaje sin duda fue la mejor de la competencia; su calificación, sin embargo, fue menor que la del japonés por la menor dificultad de su rutina.
El último patinador de la competencia fue Shoma Uno quien, acompañado de las notas del Turandot de Puccini, realizó una emotiva rutina, la cual tuvo un comienzo accidentado pero un cierre espectacular al ritmo de Nessun Dorma.
La tensión crecía a la espera de los resultados, ya que la rutina de Uno podría superar en puntos a la de Yuzuru, gracias a la combinación de saltos cuádruples en la segunda mitad de su rutina. Sin embargo, los jueces prefirieron a Hanyu, quien con una calificación de 317.5 derrotó a Uno y a Fernández.
Por primera vez Japón logró un 1-2 en el patinaje artístico, también fue la primera medalla para España en esta disciplina y, después de 16 juegos olímpicos, el patinaje volvió a tener un bicampeón, está vez en la figura de Yuzuru Hanyu.
El oro de Yuzuru ha sido criticado por muchos ya que piensan hubo un favoritismo mediático y al ser un deporte de apreciación los jueces dan un veredicto personal que podría ensuciar un poco el triunfo del oriental. Por otro lado, hay quienes enaltecen más su hazaña al recordarnos que Hanyu sufrió una lesión en el tobillo el pasado noviembre. ¿Tú, qué opinas?