Los niños coreanos buscaban su cuarto campeonato de la serie mundial de pequeñas ligas y aunque llegaron a la final después de ganar la llave internacional, se tuvieron que conformar con el segundo lugar al perder contra el equipo estadounidense.

Por Israel S. Alfonso

El evento deportivo infantil más importante de los Estados Unidos de América, así como de muchos otros lugares del mundo, es la Serie Mundial de Pequeñas Ligas (LLWS). Esto se debe no sólo por el número de equipos participantes a nivel mundial, sino por los altos números de audiencia que este evento tiene al transmitirse a nivel mundial por canales de televisión de paga, y por el sueño que representa, en sus participantes, poder ser vistos por equipos profesionales de este deporte.

Este 2016, Corea del Sur fue representado por la liga infantil de béisbol del este de Seúl, que buscaba ganar el mundial por cuarta ocasión.

Pero, ¿qué es la serie mundial de pequeñas ligas?

Pues bien, cada año en Williamsport, Pensilvania, desde 1930, la Little ligue lleva a cabo un torneo a nivel mundial que tiene como objetivo la convivencia y el desarrollo deportivo de los niños del mundo por medio del béisbol.

Los equipos se integran por 13 jugadores de entre 11 y 13 años, sin distinción de género, quienes deben ser los mismos desde la fase de inicio del torneo hasta la ronda final. En la fase final se cuenta con 16 equipos divididos en dos zonas de ocho participantes, la internacional y la de Estados Unidos.

Cabe resaltar que los gastos de viaje y hospedaje de los integrantes corren a cargo de los organizadores; de igual forma, la entrada al evento es gratuita para los asistentes. La zona internacional se divide en ocho regiones, las cuales son representadas por el equipo ganador de dicha demarcación. Lo mismo pasa con el grupo de EUA.

Corea del sur representó a la región de Asia-Pacifico, tras una ardua pelea por el puesto. El equipo asiático tuvo que ganar el torneo de su liga, después triunfar en su zona, luego vencer en el nacional y posteriormente en el regional, donde participaron otros 11 campeones nacionales; en esta instancia venció a China Taipei por 7 carreras a 6.

En la ronda final, su primer rival fue Curazao, equipo que representó al Caribe, ante ellos logró su primer victoria 3 a 0; luego derrotó a Canadá 10 a 0, ocasionando que el partido se acabara antes de tiempo por la llamada ley de misericordia: al existir una ventaja muy amplia entre los equipos, el partido se suspende.

La racha de 30 partidos sin perder de los niños coreanos se vio cortada ante el representante de América latina: Panamá por 3 carreras a 2. Sin embargo, a pesar la derrota los de Seúl llegaron a semifinales. Su rival en esta instancia fue el equipo de México, que provenía de la liga de San Nicolás de los Garza, Nuevo León.

México vs Corea por la final

A lo largo de la historia, México ha tenido buena participación en este torneo. En 1957 el equipo representativo de Monterrey ganó por primera vez un campeonato de pequeñas ligas con un juego perfecto lanzado por Ángel Macías (quien llegó a jugar en grandes ligas), hazaña que no se ha repetido al día de hoy. Esta historia ha sido llevada al cine en dos ocasiones en las películas “Pequeños gigantes” y “El juego perfecto”.

Otro hecho significativo es que en este torneo se creó la famosa frase: “si se puede”. Era la final de 1997 y México perdía contra Estados Unidos, entonces,  la afición mexicana comenzó a motivar a su equipo con esta frase que surtió efecto y el equipo tricolor dio una monumental voltereta para quedarse con el campeonato.

Pero en la edición 2016, Corea fue muy superior a México, maniatándolo ofensivamente y demostrando su disciplina y destreza para ganar 7-0.

Corea del sur a la final

En la final de la llave internacional, el país asiático se enfrentó nuevamente a Panamá. En este juego los coreanos se mostraron muy sólidos y se llevaron la victoria por 7 carreras a 1, para acreditarse como campeones internacionales. Pero para ser proclamados como campeones mundiales, tenían que derrotar al campeón estadounidense representado por el equipo de New York.

La gran final fue emocionante. El juego conto con la asistencia de más de 40mil aficionados, por lo que ni el estadio Howard Lamade ni las colinas alrededor del campo no fueron suficientes para poder albergar a tantos visitantes.

En el juego, el equipo norteamericano se puso al frente en la tercera entrada con un doble productor de una carrera; en esa misma entrada, un error del pitcher, al realizar un lanzamiento descontrolado, permitió que los neoyorquinos anotaran la segunda carrera.

En la 5ª entrada, Corea anotó una carrera por medio de un jonrón; ya en la última entrada (la 6ª a nivel infantil), los coreanos llenaron la casa, sin embargo el pitcher estadounidense ponchó a los 2 últimos bateadores coreanos para quedarse con el campeonato. Con la victoria estadounidense se rompió la hegemonía asiática del mundial; pues en los últimos cuatro años, Japón, en tres ocasiones, y Corea, se habían alzado con el campeonato.

¿Te gusta el béisbol? ¿Has visto la serie mundial de pequeñas ligas?