¿Qué pasaría si de repente, de la manera más inesperada, el destino nos condujera a la más emocionante oportunidad de nuestra vida? ¿La dejarías ir? ¿O te aferrarías a ella aunque signifique perder muchas cosas en el camino?

Por Natalia Perea Hernández

Esta es la premisa de la película que se presentó el pasado 24 de septiembre en el Museo Nacional de las Culturas; la cual está basada en el manga homónimo de Ai Yazawa (que también cuanta con una adaptación al anime).

Paradise Kiss nos presenta a Yukari Hasayaka, una joven estudiante japonesa que, como muchos otros, se dedica enteramente a obtener buenos resultados en sus exámenes de admisión a la universidad. Un día cualquiera, mientras camina, se topa con un completo extraño que  le dice a nuestra protagonista que tiene gran potencial como modelo.

Yukari, muy confundida e incluso asustada, trata de huir pero termina, por asares del destino, en una especie de casa de modas llamada Paradise Kiss. Ahí conoce a la joven Miwako, quien junto con Arashi, el chico de antes, tratan de convencerla de volverse la modelo de su compañía; pero Yukari rechaza duramente la oferta y se va dejando caer su cartilla de identificación.

Sin embargo, no pasa mucho para que un atractivo joven, Joji Koizumi, se aparezca en su escuela para regresar la identificación e insistir en la propuesta; a él se suma “George”, el diseñador de Paradise Kiss que también está determinado a mostrarle la belleza que el mundo de la moda tiene para ofrecer y volverla modelo de sus obras pues siente que ella es especial.

Usar un solo vestido cambiará su percepción sobre lo que hasta ahora ha hecho con su vida, ¿está realmente donde debe estar? No sólo eso, pues comenzará a desarrollar una extraña relación con George, quien le ayuda a conocerse a sí misma y descubrir qué es lo que quiere.

La chica entonces deberá decidir entre la vida que su familia y la sociedad esperan de ella o la apasionante vida que le proporciona el mundo de la moda, que si bien no resulta nada fácil, siente que nació para él.

Con un delicado cuidado a cada detalle, esta cinta nos permite reflexionar sobre las aptitudes que poseemos y cómo éstas pueden ser reprimidas por las personas que nos rodean. No siempre se hace lo que se quiere y en parte es porque no sabemos lo que queremos debido a las imposiciones de otros.

¡Te invitamos a verla!