Makoto Shinkai es un talento emergente que está revolucionando el mundo de la animación japonesa (y mundial). Su más reciente cinta, Kimi no na wa, forma parte de una lista de obras que poseen una misma identidad: la belleza visual y emocional. Este autor, que inició como un artista en solitario, mezcla su dominio en la animación digital con una bella interpretación sentimental que hacen de su trabajo la innovación personificada.
Por Natalia Perea Hernández
El intercambio de cuerpos parece un elemento exclusivo de Tu nombre (significado de Kimi no na wa), aunque el tema no es muy nuevo para una historia, en esta cinta toma otra dimensión.
Mitsuha y Taki son jóvenes estudiantes que no se conocen, sus vidas pueden parecer muy diferentes pues Mitsuha es una chica rural y Taki un chico de ciudad; pero hay algo que los une: ambos tienen constantemente sueños extraños donde pareciera que tienen otra vida.
Sin embargo, la extrañeza del sueño no lo es tanto, pues durante ellos, ambos intercambian cuerpos realmente. En shock, comienzan a andar en la piel del otro y vivir su vida por ciertos periodos cortos de tiempo, debido a las confusas situaciones que encuentran al regresar a su cuerpo original (causados por las acciones de Taki en el cuerpo de Mitsuha y viceversa), se dejan notas durante el intercambio y así, cuando regresan a sus cuerpos, se comunican y establecen reglas, además de aclarar algunas cosas sobre sí mismos para evitar actitudes raras que puedan causar problemas.
Mientras hacen esto, se conocen cada vez más y surge el de deseo de verse en persona, motivado por un creciente amor. El problema es que nunca pueden encontrarse en el mismo lugar ni al mismo tiempo, siempre hay distancia entre ellos, a pesar del profundo vínculo que han formado y los une.
Finalmente, Mitsuha toma la decisión de dar el primer paso y va a buscar a Taki sin lograr verlo; de regreso en su pueblo, sus amigos la invitan a ver el espectáculo de un meteorito que caerá cerca del lugar para tratar de animarla.
Por su parte Taki también decide buscar a la chica, pero se topa con algo desconcertante: el pueblo de Mitsuha fue destruido hace algunos años por un meteorito y no hubo sobrevivientes.
Taki no lo comprende, él mismo creyó que el meteorito apenas caería cuando en realidad ya lo había hecho. ¿Cómo es posible que Mitsuha esté muerta si él ha estado comunicándose con ella? Por si fuera poco, la mente de Taki comienza a borrarle algunos recuerdos pero mantiene los sentimientos, cosa que deja confuso al protagonista que se aferrará a la huella de Mitsuha en su corazón.
Kimi no na wa es un bello poema, con una animación que va más allá de la animación misma, los magníficos escenarios y el diseño de personajes son dignos de recibir el título de obras de arte; forman un cuadro que expresa el sufrimiento y amor de la pareja.
Las situaciones cómicas de vivir dos vidas se hacen presentes y la película tiene su momento más alegre, pero esto da pie a la seriedad de la historia, incluso, podríamos decir que da lugar a la tragedia de un amor más que complejo. A esto se le debe sumar el misterio del meteorito que destruyó el pueblo de Mitsuha, evento que no impidió que los chicos se conocieran de alguna forma al cambiar cuerpos.
Esta cinta es digna en todo sentido de haber recibido el premio a la mejor película animada durante el Festival de Cine de Sitges y el premio a la mejor película por parte de la Academia de Japón, sin contar el éxito taquillero que la posiciona como la segunda película más exitosa de Japón.
Makoto Shinkai es el director de una revolución en la manera de hacer películas de animación, y la expresión máxima de este movimiento es Kimi no na wa, que conquistará a cualquiera que la vea con su más que sensibilidad artística.
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