Huawei y el poder del nacionalismo chino

May 30, 2019
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Por Esmeralda Velasquez

En medio de las tensiones derivadas del veto por parte de Estados Unidos hacia Huawei Technologies Co Ltd, y el veto que recientemente le hizo la Wi-Fi Alliance (dejando a la empresa sin participación en las “actividades” de la organización), el espíritu chino se fortalece cada vez más.

El nacionalismo se convirtió en el gran factor de cohesión social en China a comienzos del siglo XXI. Con la apertura del capitalismo, y gracias a la lucha constante por elevar su desarrollo económico, se le concedió al país asiático la oportunidad de obtener el rol de potencia estratégica mundial.

Hoy en día China es considerado una super potencia económica emergente, que poco a poco está alcanzando al hegemon estadounidense. Esto lo podemos observar en el ámbito tecnológico, en donde Huawei resultó ser una amenaza para el poderío de Donald Trump.

La confrontación entre estos dos países por el poderío comercial, a través del ingreso de Huawei a la lista negra, generó una reacción de precaución en occidente. Varios países consumidores europeos y latinoamericanos se cuestionaron el funcionamiento de la telefonía móvil, sin embargo, internamente la sociedad china optó por apoyar a la empresa local y desprenderse en gran magnitud de la tecnología estadounidense, lo que generó pérdidas para la empresa Apple, quien ya llevaba un creciente deterioro comercial en el país.

El año pasado, mientras que la sociedad china les atribuía a los precios tan elevados de Apple el déficit del consumo en tecnología estadounidense dentro de la nación, Estados Unidos declaraba que, debido a la ralentización económica en China, Apple estaba teniendo una disminución en la venta de sus productos.

Fuente: Bloomberg Counterpoint Research, BBC

No obstante, la mayoría de la sociedad asiática considera que la tecnología de empresas locales como Huawei poseen la misma e incluso mejor calidad que la marca estadounidense y a precios más accesibles. Prueba de ello es el posible lanzamiento de su propio sistema operativo Hongmeng a finales de este año y principios de 2020, que reforzó la seguridad en sus compradores y aumentó sus ventas.

La tecnología china ha sabido operar en el mercado no solo interno, también externo. Ejemplo de esto son otras marcas como, Xiaomi, ZTE, o Didi que comienzan a cobrar relevancia internacional y que son apoyadas por la sociedad en China.

Fuente: Statista

Es por ello, que ante la situación en la que se ve inmersa la firma asiática Huawei, los trabajadores de la empresa y sus familias fueron los primeros en poner el ejemplo de solidaridad y posteriormente se fue sumando el resto de la sociedad. Es decir, el deterioro de las relaciones comerciales entre China y EE.UU. fortaleció el respaldo de las empresas nacionales.



Lo acontecido refleja la fuerza y unidad china, traducido en nacionalismo. Para su sociedad el apoyo incondicional a empresas locales es fundamental, ya que, como la mayoría de los países de Asia del Este, el crecimiento y desarrollo de la nación no se debe principalmente a factores externos, sino, al compromiso y responsabilidad que se tiene como sociedad para poder resolver las dificultades de la nación de manera conjunta.

Por lo tanto, en China, frases como: “Todos los imperialistas son tigres de papel, parecen poderosos, pero en realidad no lo son tanto, es el pueblo el que es realmente poderoso” y “En tiempos difíciles, debemos tener presentes, nuestros éxitos, ver nuestra brillante perspectiva y aumentar nuestro coraje”, dichas por Mao Zedong, fundador de la República Popular China (1893-1976), cobran sentido y promueven el nacionalismo.

Para esta sociedad asiática el logro y reconocimiento que una empresa pueda obtener es el logro de cada uno de sus habitantes. El país, como cualquier otro, se encuentra geográficamente fragmentado, sin embargo, esto no es motivo para el fortalecimiento de una sola ideología, el nacionalismo.

A través de las decisiones tomadas por Huawei y la sociedad en su conjunto se puede observar el espíritu chino. La independencia y seguridad que emana de su nacionalismo ha propiciado que el resto del mundo tome enserio su papel como potencia económica emergente y sea considerado una alternativa segura de negociación.  

En este sentido actores internacionales como el presidente venezolano Nicolas Maduro muestran la solidaridad ante el país socialista.

En la Feria de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana las palabras de Maduro fueron las siguientes: “He ordenado hacer una inversión inmediata junto a nuestros hermanos chinos y la tecnología de China, la tecnología de Huawei, de ZTE y de todas las empresas chinas y de todas las empresas rusas para nosotros elevar las capacidades de telecomunicaciones y hacer válida en Venezuela el sistema 4G a nivel nacional.”

Esta declaración generó gran polémica al ser Venezuela uno de los países sancionados por EE.UU. y fue vista por la sociedad internacional como un punto de partida para posteriores conflictos. Ya que, dada la postura de Donald Trump, esta situación atentaría una vez más con los intereses de Estados Unidos, el país más influyente a nivel internacional.  

Expuesto lo anterior, cabe reconocer que la postura de Huawei se ha convertido en un elemento positivo para el nacionalismo chino,  y una buena enseñanza para el resto del mundo en donde la unión y el trabajo en equipo hacen la fuerza.

Ante estos acontecimientos cabe cuestionarse ¿Será Huawei el escalón que China necesita para posicionarse como una potencia tecnológica mundial? ¿Se podrá llegar a un acuerdo entre las empresas chinas y el gobierno estadounidense para apaciguar el recelo de Donald Trump?