El día de ayer ,mientras el mundo observaba la Clausura de los Juegos Olímpicos, en China se proponía anular el límite de la reelección. Es decir, que el actual presidente Xi Jinping tuviera la oportunidad de reelegirse por un tercer mandato. ¿Es posible esto en China?
El sistema político chino es completamente diferente al occidental. En él, el mayor peso lo tiene el Partido Comunista Chino que ha gobernado al país desde 1949. Dentro del partido, el esquema de ascenso es en pirámide a través de la votación y sólo los afiliados al partido son quienes pueden votar.
Así llegamos al Politburo, la élite del partido donde se elige al Secretario General del Partido por un período de 5 años (y quién en el gobierno es el Presidente del país). Así entonces, Xi Jinping fue elegido en noviembre de 2012 y asumió el cargo en marzo de 2013.
Durante su gestión fue un partidario a condenar cualquier acto de corrupción y llevar ante la Ley a cualquier miembro del partido que cometa estos actos, sin importar el cargo dentro del mismo. Eso le valió popularidad y una buena imagen entre los militantes del partido y la población china.
Tras esta campaña y el papel que China lleva en relaciones internacionales, le ha dado cierta influencia que incluso en las elecciones de noviembre de 2017, el pensamiento de Xi Jinping fue incluido en la constitución china. Algo que no sucedía desde los tiempos de Mao.
También en esa fecha, Xi Jinping fue reelegido para otro periodo de 2018 a 2023. En la constitución se estipula que el Jefe de estado y el vicepresidente no gobernarán más de dos mandatos consecutivos. Lo cual hasta el día de ayer era una realidad que había frenado cualquier interés de cualquier mandatario chino de perpetuarse en el poder.
Sin embargo, el Comité Central del Partido propuso eliminar esta frase para que el actual mandatario pueda gobernar después de 2023. Xi Jinping tiene una posición favorable que no se había visto en ningún otro mandatario desde Mao (a excepción de los cambios económicos de Deng) ni hay una figura que actualmente pueda sustituirlo.
El presidente tiene la confianza y lealtad del partido, del ejército y de la elite empresarial. El poder y la influencia incluso le han valido una posición filosófica en la Constitución y con este nuevo cambio podrá gobernar China hasta donde la edad le permita.
Aunque aún falta la aprobación del parlamento chino, este cambio será aprobado y así comenzará una nueva era del “socialismo” tanto para China como para el mundo.