Los juguetes tradicionales son una forma de expresar la cultura y una respuesta a los tiempos y materiales disponibles para generar diversión y recreación. En el caso de Japón, sus juguetes tradicionales tienen una profunda e interesante historia y han permanecido vigentes de generación en generación.
Por Alejandra Jacobo
Así como en México de niños llegamos a jugar con el trompo, la lotería, el balero y el yoyo, en Japón existen juguetes tradicionales con una gran historia que son icónicos de su cultura.
Si bien conocemos muy bien sus modernos robots, videojuegos y figuras súper detalladas del anime y caricaturas, el país del sol naciente tiene un basto número de juguetes tradicionales, a continuación te presentaremos cinco de los más famosos:
El kendama (剣玉) es algo parecido al balero, pues es un vara de madera en forma de martillo con una bola en la parte superior que está unida a un hilo. La idea del juego es mover con mucha habilidad y equilibrio el asa de tal forma que se coloque la bola en las extremidades del costado o en la parte superior.
El kendama tiene tres cavidades llamadas platas o copas una al extremo del mango, por eso su forma similar a un martillo. Y la bola tiene un agujero por el medio así como una cuerda en la parte inferior.
El origen del kendama se da durante el periodo Edo (1603-1868), ya que era muy popular entre los adultos del puerto de Nagasaki, pues se jugaba mientras se bebía. Posteriormente, durante el periodo Meiji (1868-1912) se introdujo en el campo escolar y se hizo demasiado popular entre los niños.
En 1975 el escritor Fujiwara Issei fundó la Asociación japonesa de Kendama y creó las normas para jugar y competir. Ahora es un deporte que goza de mucha popularidad tanto en niños como adultos.
Para que tengas una idea de lo que trata el siguiente juego, es parecido a ponle la cola al burro. El fukuwarai (福笑い) es una cara sin ojos, cejas, boca o nariz, éstos vienen aparte. El juego consiste en que un jugador con los ojos cerrados tiene como objetivo colocar en el sitio correcto los rasgos de la cara.
Los demás jugadores pueden ayudar, dándole instrucciones para poder lograr una cara lo más normal posible. Actualmente, puedes encontrar fukuwarai con la cara de actores, cantantes, personajes de anime y políticos.
El inicio de este juego se remonta al periodo Taishō (1912-1926), pues era una costumbre en las celebraciones del año nuevo, aunque hoy en día solo algunos japoneses lo juegan el primer día del año.
El daruma otoshi (だるま落とし) es una especie de Jenga. Este juego se llama así debido a que las piezas del juego forman la cara de un daruma famoso amuleto dentro de la cultura nipona. Y otoshi porque literalmente significa “tirar al suelo.”
El daruma otoshi tiene una cara enojada, debido a que está enfadado porque será golpeado y tirado al suelo a la hora de jugar. En el juego la cabeza del daruma se sitúa hasta arriba de un montón de piezas apiladas que representan su cuerpo alargado.
Para jugar primero es necesario acomodar las piezas una encima de otra y hasta arriba la cabeza del daruma. Las piezas cuentan con un pequeño agujero en el medio, donde se coloca un pequeño martillo de madera para apilarlas de forma correcta.
Aunque esta no es la única función del martillo, pues también sirve para golpear las piezas del daruma otoshi. Para empezar a jugar se debe golpear desde abajo, siempre cuidando que la cabeza no se mueva de su lugar, pues quien la tire o mueva, pierde y se debe reiniciar el juego.
Los kamifusen (神不戦) son pequeños globos hechos de papel glassine, el cual es resisten al aire, también es brillante, delgado y plástico lo cual le permite deformarse. Estos globos se inflan con aire y tienen la capacidad de mantener su forma sin tener que hacerles un nudo o cubrir el agujero.
Anteriormente eran la alternativa a las pelotas plásticas. Actualmente es más común verlos en festivales, como el festival de globos de papel kamihinokinai (上 桧 木 内 の 紙 風 船上 げ) que se lleva a cabo en Semboku, Akita. En este festival se usan kamifusen para atraer la buena suerte.
Las otedama (お手玉) son bolas de telas tradicionales de varios colores y diseños, están rellenas de frijoles azuki. El objetivo de este juego es hacer malabares, pues consiste en tirar y pasar las bolas de una mano a otra y así aumentar la dificultad del juego al agregar más otedamas, esto se hace mientras se canta.
Las otedama fueron un juego muy popular durante la segunda guerra mundial, especialmente entre las niñas, pero tristemente este ha caído en el olvido, al igual que sus canciones.
Hoy por hoy puedes encontrar todos estos juguetes tradicionales en las tiendas de cien yenes, pues ahora se consideran un bonito recuerdo de Japón, pero si compras o te regalan uno de estos no solo obtendrás un recuerdito sino horas de diversión.
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