Lara Jean pensó que la mejor forma de olvidar los breves enamoramientos de su corta vida era escribir sus sentimientos en cartas y guardarlas. Lo que nunca imaginó, es que las cartas llegarían a los destinatarios y se desataría todo un drama amoroso. Esa es la premisa de A todos los chicos de los que me enamoré, la cual ya tiene una adaptación cinematográfica y ha causado furor en las redes. Hoy te contamos acerca del libro.
La chica de la que hablamos es el personaje principal de esta obra literaria. Una adolescente coreano-estadounidense de 16 años que ocupa el lugar de en medio entre 3 hermanas; Lara es una chica que suspira por el amor que lee en libros. Perdió a su mamá cuando apenas entraba a la adolescencia y es una chica hogareña, que disfruta sus fines de semana preparando galletas, decorando su cuarto, viendo películas con sus hermanas y escribiendo cartas de amor.
Lara Jean (nombre completo que se usa todo el tiempo en el libro) se ha enamorado intensamente cinco veces y cuando considera que ha desaparecido ese sentimiento, decide escribir una carta de amor como despedida. Las guarda en un sobre con la dirección del sujeto en cuestión y las mete en una caja especial. No las escribe para ser leídas por otros, sino como una forma de soltar el enamoramiento.
Sin embargo, por azares del destino, las cartas son enviadas a sus destinatarios y se desata un drama amoroso, aquí entra el protagonista masculino de este libro: Peter Kavinsky. Él es un chico de ensueño: jugador de lacrosse, guapo, alto y con novia, Genieveve. Aunque no fue el único que recibió las cartas (se escribieron 5 y las cinco fueron enviadas), es con Peter con quien surge una relación falsa que terminará en enamoramiento por parte de ambos.
En este punto ustedes se preguntarán ¿por qué surge una relación falsa entre ambos? Por los distintos intereses de Lara Jean y Peter. Una de las cinco cartas que escribe Lara va destinada a Josh, el novio de su hermana mayor Margot y quien era el mejor amigo de Lara. Josh, al recibir la carta, quiere hablar con Lara, pero ella no sabe cómo reaccionar y qué hacer al respecto, así que cuando están en el pasillo y él se acerca con la intención de conversar sobre el contenido de la carta, Lara asustada, se lanza a Peter y lo besa. Lo que complica toda la situación.
En el caso de Peter, él es un chico que está completamente enamorado de su novia, pero ella decide terminar esa relación y él no sabe qué hacer. Así que cuando Lara se lanza a besarlo, él se da cuenta que ella puede ayudarlo en su misión de recuperar a su ex. Durante el libro exploramos también los motivos del apego a su antigua relación, la relación con su familia y el cómo Peter se descubre enamorado de Lara.
Aquí es donde nos detenemos y platicamos un poco del contexto en combinación con la personalidad de Lara. Como la hermana de en medio, no tiene que lidiar con tantas responsabilidades como Margot ni comportarse como una pequeña como su hermana menor Kitty. Sin embargo, Margot decide irse a estudiar la universidad en otro país, lo que genera estrés en Lara. Primero por el gran amor que existe entre las hermanas y segundo porque al irse Margot, ella se convierte en la mayor de la casa.
Todo ello, la pone en situaciones que no sabe cómo manejar. Uno de los ejemplos en el libro es que no sabe conducir un auto, y esa es justamente una de las tareas que debe dominar para llevar a su hermana a la escuela. Tiene que organizar los deberes de la casa y alentar a Kitty a cooperar con la organización de la misma. El papá de las hermanas es un ginecólogo que hace lo mejor por cuidar de sus hijas. Y ellas le retribuyen con los cuidados de ellas mismas y de la casa.
Por eso, el que sus preciadas cartas de amor, donde se sinceró, llegarán a manos de los chicos que amó, generó en ella un estrés con el que no supo lidiar en ese momento. Eso es lo que la orilla a aceptar el trato de Peter de fingir una relación, por un lado porque él desea generar celos en su exnovia y por otro porque Lara desea que Josh olvide el contenido de la carta y sigan siendo amigos.
La forma en que Jenny Han redacta la aventura de este par, no sólo te divierte, sino que llegas a entenderlo y sentirte como alguno de los personajes. También en el proceso te vas enamorando de la forma en que Peter le deja notas a Lara, la acompaña a preparar galletas, comparten comida y comienzan a confiar un poquito el uno en el otro.
A esta linda historia se añaden los elementos culturales de lo que significa ser coreano-americano en Estados Unidos, lo que hace de la historia algo menos convencional. Lara Jean Covey Song es hija de padre estadounidense y madre coreana; ya que la historia está situada unos años después de la muerte de la mamá, lees lo difícil que es para el papá de Lara mantener el contacto con la cultura coreana a través de la comida, como el kimchi o el bbq coreano, así como algunas tradiciones tales como la bienvenida del año nuevo.
Aunque a primera lectura de esta reseña, puedas creer que se trata sólo de una novela más de adolescentes, no es así. Jenny Han cuida mucho el desarrollo de la historia, los motivos de los personajes, las consecuencias y cómo los protagonistas van creciendo a través de sus victorias y fracasos. Lara Jean crece en todo el libro, se da cuenta que puede asumir responsabilidades y enfrentar lo que venga aunque le tome tiempo.
A todos los chicos de los que me enamoré es adictiva, bonita y está hecha para suspirar entre páginas, para compartir, para solidarizarse y para soñar. Te enamorarás.
PD. EL libro tiene continuación en PD, todavía te quiero.