Aokigahara: “el mar de árboles”

El bosque Aokigahara es un sinfín de árboles tan profundo que si no tienes cuidado podrías jamás encontrar el camino de regreso. Sin embargo, muchos van con la intención de no regresar.

Por: Lourdes Cerda

Aokigahara es un bosque situado al noroeste de la base del monte Fuji, entre la prefectura de Yamanashi y la de Shizuoka, Japón.

Este bosque es más conocido como Jukai que significa “mar de árboles”. Los turistas pueden realizar visitas, sin embargo está restringido solo a zonas vigiladas, ya que el bosque es tan extenso que se corre el riesgo de perderse fácilmente. 

A principios del siglo XIX, cuando las hambrunas y las epidemias azotaron el país del sol naciente, se dice que las personas abandonaban a su suerte en este lugar a los ancianos y niños que no podían alimentar.

Un lugar siniestro

El bosque tiene una vegetación tan espesa que impide que el viento pase  entre sus árboles generando una sensación de quietud absoluta. Y la  montaña donde se encuentra fue formada por la erupción de un volcán, así que ahí podemos encontrar yacimientos de hierro magnético, los cuales contribuyen a que las brújulas y aparatos electrónicos dejen de funcionar.

Los japoneses dicen que este lugar es hogar de yureis y yokais, por ello su aura es estremecedora. No obstante, este es el principal lugar donde la gente va a terminar con su vida. En el mar de árboles, lamentablemente, se encuentran restos y pertenencias de varias personas. 

El libro que desencadenó la tragedia

 

En 1960, Seicho Matsumoto publicó una de sus novelas más célebres Nami no tou. En esta historia, los protagonistas, cual si fueran Romeo y Julieta acaban con su vida en este siniestro bosque. Se dice que esto desencadenó que cientos de personas tomarán la iniciativa de realizar este mismo acto.

 

En este lugar cientos de personas deciden terminar con su vida, por ello en la inmediaciones del bosque se pueden encontrar carteles que citan: “Tu vida es un hermoso regalo de tus padres, por favor piensa en tus padres, hermanos e hijos. No te lo guardes, habla de tus problemas.”