El pasado 16 de noviembre se llevó a cabo en el Centro Nacional de las Artes (CENART) un concierto que unió a México y Corea del Sur a través de la música. El evento nombrado “Armonía por la paz” reunió a músicos tanto mexicanos como coreanos. Bajo la dirección artística de Jeong Rim Lee, la Dirección musical de Gerardo García se desarrolló dicho concierto. 

En dicho concierto participaron la Orquesta Sinfónica Juvenil, OPUMEX. Los ensambles vocales y conjuntos corales de la Escuela Superior de Música (ESM). Como se mencionó anteriormente, la directora artística Jeong Rim Lee, quien dirige los grupos juveniles de ensambles vocales y corales de la ESM; donde también es profesora de piano. También participó Gerardo García, director musical y la invitada especial de la noche, la soprano coreana: Hae Young Hyun. Así mismo se contó con la presencia del tenor Alfredo Rodríguez Alfonso, la mezzosoprano Ana Victoria Ibáñez, y los tenores Israel Ramírez y Guillermo Venegas.

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La cita fue a las 7pm en el Auditorio Blas Galindo del CENART. Dentro del recinto aproximadamente 450 personas esperaban a que diera inicio el concierto “Armonía por la paz”. Las iluminación se atenuó y el silencio del auditorio se rompió con la primera canción de la noche. La orquesta dio inicio con una pieza tradicional mexicana, “Huapango”, obra del mexicano Juan Pablo Moncayo. Dicha canción parte importante de la cultura popular mexicana, tanto así que incluso ha sido llamada “el segundo himno nacional”. 

La orquesta continúo con la segunda pieza de la noche, una canción que al igual que el huapango mexicano es considerada casi un himno en Corea del Sur. Se trató de “Arirang fantasy” canción tradicional coreana por excelencia. Esta canción popular ha tenido distintas versiones, incluso hay un concurso en el que se participa con diferentes adaptaciones, tal y como te lo contamos en esta nota previa. La composición interpretada por la orquesta fue la de Sung Hwan Choi.

Para dar paso a las siguientes tres piezas, la soprano Hae Young Hyun hizo acto de presencia. Los aplausos enérgicos del público le dieron la bienvenida al escenario en el cual se postró e hizo una reverencia ante la audiencia. Poco después, la orquesta comenzó a tocar la canción “Suseonhwa” (flor de narciso) y la voz de la soprano acompañó la melodía. Las dos canciones restantes fuerón “Gohyangui Norae” (canción de mi pueblo natal) y “Kkot kurumsoge” (flores en las nubes).

Soprano Hae-Young Hyun, invitada especial.

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Después de interpretar estas canciones, se incorporaron al escenario dos tenores. Se trató de Guillermo Venegas e Israel Ramírez quienes cantaron junto con la soprano la canción Kuriun kumkangsan (anhelando las montañas de Kumkang). Entre fuertes aplausos y una iluminación más fuerte terminó el primer tiempo del concierto dando un breve espacio para un tiempo intermedio. 

Para el segundo tiempo del concierto los Ensambles Vocales y Conjuntos Corales de la Escuela Superior de Música hicieron acto de presencia en el escenario. La segunda parte del concierto inició con otra canción popular y tradicional mexicana, “La llorona”. La música de la orquesta, las voces de los tenores, las sopranos y el coro invadieron cada rincón del auditorio. 

Las tres últimas piezas para concluir el concierto fueron, “Arirang” en su versión más tradicional. Después se interpretó “Gohyangui Bom” (primavera de mi pueblo natal). Y para finalizar, la “Sinfonía n. 9, cuarto movimiento” de Beethoven. Este movimiento en específico de dicha obra incluye partes de la “Oda a la alegría” de Friedrich Schiller. Una composición con  la que la orquesta, el coro, los violonchelos, las flautas, oboes y demás instrumentos cerraron con broche de oro el concierto.

Orquesta, ensambles vocales, coro, sopranos y tenores del concierto.

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Al terminar, el público aplaudió fuertemente e incluso los asistentes se pusieron de pie para ovacionar a todos los músicos que participaron en el concierto. Algunos bajaron al escenario para entregar ramos de flores a la soprano y a la directora del concierto. Los aplausos no cesaron por un gran tiempo y finalmente los músicos se pusieron de pie y se despidieron. 

“Armonía por la paz” fue un concierto en el que a través de la música se unieron las culturas de dos naciones. En el que canciones tradicionales coreanas y mexicanas fueron cantadas sin importar la nacionalidad rompiendo las barreras del idioma.