Kazuo Shiraga fue un artista que rompió con las prácticas artísticas perfeccionistas del arte tradicional japonés. Inspirado por el action-painting de Jackson Pollock, Shiraga logró una revolución en el arte, trascendió las fronteras y abrió las posibilidades del performance y el gesto en la pintura.
Por: Ilse Juárez
Kazuo Shiraga (1924 – 2008) nació en la ciudad industrial de Amagasaki, en un ambiente de posguerra. Estudió pintura tradicional japonesa en Kyoto y pintura al óleo en la universidad de Osaka. Su formación le permitió conocer un amplio panorama del arte de oriente y occidente.
Shiraga fue un apasionado del arte y un investigador nato. Buscó nuevas formas de crear y romper con las barreras establecidas en el arte japonés causadas por el extremo nacionalismo y la glorificación a la tradición.
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Experimentó con diversos materiales como la tinta, el óleo y el barro, sin embargo lo que más lo destacó fueron la inusual herramienta que usaba para pintar: sus pies.
El artista que pintaba con los pies
Sus foot-paintings se caracterizan por ser de enormes dimensiones, llenas de plastas de pintura que dejan ver los rastros de sus pies moviéndose a lo largo del lienzo. Con ayuda de una cuerda amarrada al techo, Shiraga se convertía en un enorme pincel pendular que recorría el lienzo de manera espontánea.
A pesar de lo salvaje que pudiera parecer su obra, Shiraga continuó manteniendo una conexión con su formación académica, ya que con sus pies imitaba los movimientos de la caligrafía japonesa como las diferencias de presiones, detener el trazo de golpe, saltar de un punto a otro, etc.
“Llegué a sentir que hacer algo con mi cuerpo era un acto muy significativo. En lugar de pintar y establecer una imagen, y tratar de hacer que permanezca, llegué al punto en que no importaba si permanecía o no … Más que eso, simplemente participando en una acción, aunque pueda sonar extraño para decir que sacas más provecho de esto, llegué a la idea de que este tipo de cosas era más importante.”
https://www.axel-vervoordt.com/gallery/artists/kazuo-shiraga
En el siguiente vídeo puedes observar cómo realizaba este artista japonés sus foot-paitings.
En 1952 Shiraga fundó el grupo Zero-Kai. Este grupo se caracterizó por su interés en el vació y la necesidad creadora. Estos principios son de vital importancia en la obra de Shiraga, ya que todo su trabajo se movería por las pulsiones creativas; donde el cuerpo, la mente y los materiales jugaban libremente para crear una obra.
Grupo Gutai
Kazuo Shiraga se unió en 1955 al grupo Gutai, conformado por artistas como Jirō Yoshihara, Sadamasa Motonaga y Shozo Shimamoto, que al igual que él estaban interesados en romper con el arte tradicional japonés.
El grupo Gutai creía que los materiales en el arte tradicional eran sólo apariencias, es decir, tinta que simula paisajes, pintura que intenta parecer carne sobre el lienzo, madera y hierro torpemente transformados en personas y animales. Frente a esto, el grupo Gutai decidió dejar libres a los materiales y presentarlos al público con crudeza y violencia.
Shiraga explotó esto y convirtió sus obras en un espectáculo, donde la acción y la experiencia cobraban mayor importancia que la obra misma.
En su obra Desafío al barro, (1955) Shiraga llevó la relación del cuerpo con los materiales a su máximo. El artista colocó en una sala de exposición una tonelada de barro, donde se revolcó desnudo. Mostró el lado más primitivo del ser, compartiendo sus pulsiones creativas de la forma más salvaje posible.
La rebeldía de Kazuo Shiraga mostró que el arte no es solo contemplativo, sino que también puede crear experiencias y miles de sensaciones en el espectador, el cual juega un papel activo en la obra, no solo al observar de forma pasiva y leer fichas técnicas de manera casi robótica.
El arte puede ser un espectáculo que trasciende los lienzos y los escenarios, puede ser una ventana al ser y una forma de hacernos presentes.
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