La danza de las cenizas, butoh en México

Una serie de movimientos lentos se despliegan por todo lo largo y ancho del escenario, los brazos se estiran y encogen a ritmo pausado, las piernas andan lento y firme, los bailarines recorren poco a poco el espacio con sus cuerpos blancos que recuerdan a las víctimas japonesas de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.

La danza butoh es una expresión artística contemporánea. Nacida en Japón durante los años 50 y creada por los coreógrafos Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata, pretende reflexionar acerca de las consecuencias de la guerra y la intervención cultural de occidente en Japón.

Sus mayores representantes marcaron un parteaguas en cuanto a los temas contenidos en las piezas de danza, pues no sólo se planteaba el sufrimiento físico de las víctimas de la posguerra sino también las ataduras mentales y tabúes sociales que hacían sufrir el alma de los japoneses. Para Ohno y Hijikata, la danza era un medio de liberación, un acercamiento a lo más oscuro del ser para transformarlo en algo bello.

El butoh es una mezcla de algunas expresiones escénicas tradicionales de Japón como el teatro kabuki y el teatro noh de donde se retoman los movimientos lentos y el maquillaje blanco. Asimismo, combina algunas vanguardias artísticas como el expresionismo alemán, el cual conocían y practicaban Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata.

Butoh en México

Uno de sus grandes representantes actuales es el bailarín, coreógrafo y director japonés Mushimaru Fujieda, quien nación en la prefectura de Aichi en el año de 1952 y que comparte su saber dancístico con el mundo a través de su compañía internacional Physical Poets. Esta agrupación de bailarines profesionales se dedica a realizar performance improvisados en espacios públicos, interviniendo el plazas y explanadas de Barcelona, Berlín, Oslo y Japón.

Mushimaru se presentó por primera vez en México el pasado 1 y 2 de diciembre de 2017 en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo con un taller y presentación donde bailarines de danza contemporánea tuvieron la oportunidad de aprender del particular estilo del japonés, pues cada coreógrafo se apropia de la danza butoh de diferente forma.

Para Mushimaru, más que danza, el butoh es una forma de vida, donde cuerpo y energía hablan por sí mismos. La danza butoh está basada también en los principios de budismo zen, es por ello que la respiración, la paciencia y la energía puestas en los movimientos corporales son tan importantes para el coreógrafo.

Además, otros artistas importantes de la escena del butoh japonés que se han presentado en México son Taketeru Kudo, quien fue discípulo de Koichi Tamano, bailarín de la compañía del precursor de la danza butoh Tatsumi Hijikata. Así como la compañía de danza Sankai Juku, presentada en Bellas Artes en el año 2013.

Si quieres aprender, existen otros espacios donde es posible acercarse a esta disciplina japonesa. El Museo Universitario del Chopo realiza algunos talleres de introducción a esta danza, impartidos por bailarinas como Natalia Cuéllar, egresada de teatro de la Universidad Arcis en Chile y aprendiz de butoh en Europa con los profesores japoneses Ko Murobushi y Mika Takeushi.

Cabe destacar, el Museo del Chopo realizó en 2016 su primer Festival Internacional de Danza Butoh en América Latina, donde artistas japoneses, latinoamericanos y especialistas mexicanos se entrelazaron para reflexionar, experimentar y producir contenidos relacionados la danza butoh en contextos de América Latina. El evento fue realizado con el Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, que tiene su propia escuela de danza butoh en México e imparte talleres de manera periódica para bailarines especializados.

Asimismo, los talleres libres de Danza de la UNAM imparten clases de danza butoh donde al finalizar los cursos, los estudiantes realizan sus propias presentaciones. Estos talleres se llevan a cabo semestralmente y están disponibles para todo público.