Aunque todavía está lejos de tener el mismo estatus que Nueva York, París o Londres, Shanghái gana cada vez más credibilidad como ciudad de la moda y el estilo.
Incluso si está lejos de sus competidores occidentales, la ciudad aún así se ha establecido como la capital de la moda en China, ¡e incluso en Asia! Pues según la encuesta anual de moda mundial de VOGUE, Shanghai ha superado a Tokio, Hong Kong y Singapur.
China se ha desarrollado rápidamente en la escena económica internacional y Shanghai en la escena de la moda y la alta costura. De hecho, la mayoría de las marcas de lujo en China eligieron establecer su sede allí. Esta fue una elección bastante fácil de hacer, sabiendo que los habitantes de Shanghai son mucho más sensibles a la moda y las tendencias en comparación con los de otras ciudades de China.
El sentido de la moda claramente no es un factor realmente importante en la cultura de los chinos. Es fácil darse cuenta de eso al caminar en las calles de China. El estilo urbano no tiene nada que ver con la elegancia de París o la originalidad de Nueva York. A la mayoría de los chinos les gusta más la ropa barata y no siguen las tendencias de la moda.
Por lo tanto, en general son bastante anticuados. Sin embargo, es en Shanghai donde existe el mayor porcentaje de la población que está preocupado por su estilo y apariencia de moda. Es una forma de mostrar su personalidad y singularidad.
Aunque Pekín es la capital administrativa de China, Shanghái es la de la moda y las últimas tendencias. Shanghái puede ser vista como la “Nueva York de China”. Los habitantes que están allí son más sofisticados que en otros lugares.
Además, ahí la cultura comercial está más presente; en Shanghái, tienes que ver y ser visto. La apariencia es muy importante y cualquiera a quien le guste la moda tratará de ser lo más moderno posible. Por lo tanto, las marcas están más presentes y sus esfuerzos de marketing son más avanzados. Todo esto para el placer de los jóvenes ricos chinos.
El gusto de Shanghái por la moda no es nuevo; los shanghaineses se interesaron por la moda a principios de la década de 1920. Después, en los años 30, Shanghai ya era apodada “el pequeño París del Lejano Oriente” por este motivo. Entre las décadas de 1950 y 1960, Shanghai se convirtió en el centro industrial de China en el campo textil. Aquí es donde nacieron todas las tendencias.
Algunos estilos de esos períodos se han mantenido, como el famoso Qipao. Este es un vestido tradicional chino en crepe o satín de seda, una pieza de lujo muy refinada que resalta perfectamente la silueta de las chicas chinas. Este vestido muy glamoroso estaba muy de moda en las décadas de los años 20 y 30. Su estilo ha inspirado muchas piezas modernas de diseñadores de alta costura como Chanel, Ralph Lauren e incluso Gucci.
Muy por detrás de sus competidores, Shanghai todavía no goza de la misma reputación que las ciudades europeas como “ciudad de moda”. De hecho, cuando estas fueron proclamadas como capitales mundiales de la moda, los estilistas chinos tendían a moverse en ellas. Mientras que ahora, los diseñadores locales son más numerosos y deciden quedarse en Shanghai y solo unos pocos exportarán sus productos.
Con más de 800 millones de usuarios por día, la aplicación WeChat es suficiente para dar a conocer sus marcas y desarrollar su negocio a través de China. El mercado allí es suficiente para su éxito económico y reconocimiento mundial como la diseñadora Angel Chen.
Sin embargo, cada vez más creadores del gigante asiático están ganando reconocimiento en la escena internacional. Este es también el caso de los modelos chinos y lugares exclusivos como el Yongfoo Elite, donde Karl Lagerfeld recibió a 200 invitados en Shanghai.
La moda y el lujo han alcanzado su punto más alto en esta ciudad y así lo demuestra dos veces al año durante las semanas de la moda de Shanghai.
Lo que mantiene el sentido de la moda en Shanghai son los mismos shanghaineses. China tiene el mayor número de multimillonarios sobrepasando a los que hay en los Estados Unidos. Además, en comparación con otras nacionalidades, son relativamente jóvenes. Siguen todas las tendencias en Internet porque están muy conectados. Están inspirados por personas influyentes llamadas KOL por sus siglas en inglés (key opinion leaders) y los artículos que publican en sus blogs.
Además, en comparación con otros adictos a la moda, los shanghaineses están gastando mucho más que otros jóvenes de su mismo estatus. Su gasto en bienes de lujo es en promedio más alto y más recurrente que el de los neoyorquinos. Los chinos representan alrededor del 30% de todas las compras mundiales de artículos de lujo.
Estos factores deberían alentar a Shanghai a abrirse camino en el escenario mundial, ahora que está triunfando en el mercado asiático de las “ciudades de moda”.
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