Shodō: el arte de la caligrafía japonesa

El shodō es el arte de la escritura japonesa. Esta disciplina expresa la armonía y elegancia de las líneas. Además despierta no solo un gran placer estético sino que transmite la sabiduría milenaria japonesa, ya que cada trazo y movimiento del pincel tiene su razón de ser. 

Por: Alejandra Jacobo

El shodō (書道) conocido como el camino de la escritura, es el arte y disciplina de la caligrafía japonesa. Su origen proviene de la caligrafía China y está sumamente relacionada con la filosofía zen, ya que esta habilidad cultiva la paciencia a través de la relajación, el esmero y la sensibilidad.

Por eso, se considera que el camino de la escritura es una forma de meditación que permite la introspección del creador de los trazos, pues no se trata solo de aprender una técnica, sino de trascender y transmitir la esencia y alma del calígrafo.

Esta disciplina requiere una gran habilidad, pues es necesario tener una gran precisión en los trazos, así como saber que los caracteres se deben escribir según un orden muy específico. Para escribir en japonés se hace uso del hiragana, katakana e incluso los kanjis. 

El shodō se lleva a cabo, según las viejas costumbres, con un pincel de bambú o fude (筆), hecho de madera y pelo de animal. Asimismo se usa un tintero o suzuri (硯), generalmente es de forma cuadrada, papel de arroz o papel washi (和紙) y un pisapapeles o bunchin (文鎮), el cual impide que la hoja se mueva.

 

Estilos de shodō

 

El camino de la escritura no tiene una sola expresión de su estilo, sino que tiene diferentes tipos, a continuación te los explicamos: 

Kaisho (楷書) es el estilo más común y ortodoxo. Se conoce por ser el más formal y cuadrado. Éste es la raíz de la disciplina shodō, ya que sirve para aprender la colocación de los caracteres, el equilibrio entre el espacio y la presión justa ejercida sobre el pincel.

Los trazos kaisho son perfectamente cuadrados y angulares, porque se respeta la forma real de cada símbolo, por esto se le conoce como el  menos decorativo. 

 

Gyosho (行書) se caracteriza por ser una escritura semicursiva e informal, aunque más atractiva. Además de que los caracteres se presentan con ligaduras entre ellos y los rasgos de las grafías son más redondas y fluidas. Este estilo se lleva acabo levantando más el pincel del papel. 

Shosho (草書) también conocido como “escritura hierba”, ya que sus trazos generan la sensación de fluir como la hierba movida por la brisa.

Este es considerado el estilo con mayor libertad artística, sin embargo, también es el más arduo porque requiere muchos años de práctica, debido a que los caracteres se ligan entre ellos y resulta más complejo leerlo. 

Por último, el Tensho (篆書), este estilo es muy peculiar, porque se utiliza como firma en las obras caligráficas, se identifica como un sello de color rojo. El tensho es muy antiguo, pero se considera poco refinado. 

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En Japón los estudios de shodō se enseñan como una materia durante la educación primaria y si se desea seguir aprendiendo es posible hacerlo en escuelas privadas. El arte caligráfico del shodō requiere años de estudio y práctica para perfeccionarlo.  

Ahora que conoces el shodō, saca tu lado más creativo y haz uso de tus pinceles así como de tus colores para poner en práctica esta técnica milenaria.