Las artes escénicas japonesas son reconocidas por su gran riqueza cultural y fue Kazuo Ohno, fundador del butoh japonés, quien llevó hizo que esta danza se reconociera a nivel mundial y se le recuerda a ocho años de su fallecimiento a los 103 años en Yokohama, Japón hace casi ocho años.

“Butoh”, que significa “danza en la oscuridad” surgió en Japón en el año de 1959 mezclando elementos de la meditación, artes marciales y de otras danzas tradicionales como el Noh, lo que dificulta su enseñanza como tal en academias porque parte de que cada bailarín tiene un contexto propio compuesto de sus vivencias, lugar de residencia y educación, el cual debe tomar en cuenta al momento de presentarse en el escenario, por lo que no hay coreografías fijas.

Kazuo Ohno no hizo esta tarea solo, pues Tatsumi Hijikata fue su compañero en esta labor y juntos buscaron crear un estilo dancístico que si bien buscaba recuperar las raíces de su cultura tradicional, también expresaba la preocupación por el alma del ser humano, lo cual respondía a un contexto histórico específico: el fin de la segunda guerra mundial y la devastación por las bombas atómicas.

La aportación de Kazuo Ohno al Butoh

Kazuo Ohno se caracterizaba por hacer representaciones crudas de la vejez, para lo cual se ayudaba de pintura blanca y un maquillaje grotesco, además él consideraba que el butoh era mejor en espectáculos en solitario, a diferencia de su compañero Hijikata, quien prefería los espectáculos en conjunto, a usanza de los ballets tradicionales.

El trabajo de Ohno tuvo notable influencia del expresionismo alemán, aunque se dice que la real fuente de inspiración para su carrera como bailarín que comenzó a los 43 años, fue el haber sido reclutado por el ejército japonés en 1938 donde sirvió por nueve años y uno de ellos fue prisionero en Nueva Guinea.

Su última presentación en Japón fue en 2007, pues debido a su avanzada edad tuvo que permanecer en silla de ruedas desde entonces, aunque a veces actuaba de manera ocasional y hacía diversos movimientos conforme su cuerpo lo permitiera.