Hace unos días nos enterábamos del caso de Miwa Sado, periodista de la NHK (Nippon Hoso Kyokai) de 31 años que en 2014 falleció debido a una excesiva carga de trabajo que incluyó 159 horas extras en un mes, sin embargo, fue hasta el pasado 5 de octubre que la cadena pública reconoció que la causa de la muerte fue “karoshi”.
Karoshi (過労死) significa “muerte por exceso de trabajo” y se ha convertido en todo un problema de salud pública en Japón, principalmente se manifiesta a través de derrames cerebrales o ataques al corazón.
Después de la Segunda Guerra Mundial, con un Japón destrozado, surgió la necesidad de “levantar” al país, por lo que surgieron jornadas laborales que llegaron a colocarse como las más largas del mundo, esto llevó a una combinación peligrosa: los empleados se veían motivados tanto económica como psicológicamente ante el “resurgimiento” de su nación.
El primer caso reportado Karoshi se presentó en 1969, se trataba de trabajador de una empresa de periódicos que a sus 29 años que falleció de un ataque al corazón debido a que trabajó sin para durante varias semanas. Sin embargo, sería hasta 1978 que el fenómeno adquiriría el nombre cuando Hasokawa, Tajiri y Uehara lo describieran en su libro Karoshi: Aprobación de enfermedades cerebrales y cardiovasculares y cómo prevenirla.
Aunque generalmente el Karoshi puede manifestarse a través del cuerpo, el factor psicológico también es importante, tan sólo en 2016, en Japón se detectaron a 107 personas que estaban dispuestas a morir por la carga de trabajo que tenían, además, se produjeron 84 suicidios o intentos de suicidios que se le atribuyeron a diversos desordenes psicológicos generados por la sobre carga de trabajo.
Entre 1988 y 1990 se creó el Consejo Nacional de Defensa de Víctimas de Karoshi, el objetivo que tenía era el de orientar acerca de las indemnizaciones que pudiesen surgir en el caso de la muerte relacionada por el trastorno.
Recientemente, el primer ministro Shinzō Abe impulsó una reforma que busca que los trabajadores tomen más tiempo y así se disminuyan las muertes por Karoshi, esto a raíz del caso de Matsuri Takahashi de 24 años, quien en 2015 se suicidó en Navidad después de haber realizado 105 horas de trabajo extra en un mes.
Karoshi en el mundo
El Karoshi no es una situación privativa de Japón, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de 38 países analizados México, Costa Rica y Corea del Sur son las naciones que destinan más horas de trabajo al año, 2,246, 2,230 y 2,113 respectivamente, mientras que Alemania, Holanda y Noruega son las que menos horas le dedican con 1,371, 1419 y 1424. Japón se con 1,719 horas trabajadas al año, por lo que se encuentra por debajo de la media que es de 1,766 horas.
Según la psicóloga, Diana Cover, directora general de “Te Queremos Escuchar” en México en el último año se han registrado 75 mil muertes por infarto, de las cuales el 30% están relacionadas con el estrés laboral.
Uno de los casos más sonados en México de Karoshi es el de un empleado de la empresa Mazda de la planta localizada en Guanajuato que se suicidó debido a las exigentes jornadas laborales. No es la primera vez que la automotriz nipona se ve envuelta en un caso de Karoshi, en 2011 se le encontró culpable de suicidio de un trabajador en 2007, por lo que el juez Ryuki Nakamura, ordenó una indemnización a la familia por 63 millones de yenes, unos 11 millones de pesos.