En las últimas semanas las tensiones políticas del Este de Asia se han trasladado al plano del entretenimiento. Muchos medios hablan de esto, pero pocos te ofrecen explicaciones. En una serie de artículos te diremos por qué surgieron algunas de esas tensiones políticas, para que te sea más fácil dimensionar los problemas y prever las posibles consecuencias. Hace poco, Kiko Mizuhara publicó un video donde se disculpaba, principalmente frente a sus fans chinos, sobre tres incidentes recientes. El video está hablado en inglés y subtitulado en chino, aquí te lo dejamos:

https://www.youtube.com/watch?v=8AGsDlGUjjQ

El primer problema que explica es sobre una supuesta foto de ella en el santuario sintoista de Yasukuni, la cual afirma es falsa. El segundo es sobre una foto donde posa frente a la bandera del sol naciente, sobre la cual dice que ella no está en la imagen. El tercero, explica un like que hizo en Instagram, en 2013 (no detalla la foto, pero es una del artista Ai Weiwei donde sale un dedo medio dirigido hacia la Plaza de Tiananmen), el cual lo realizó para apoyar la cuenta recientemente abierta de un amigo, pero, ambos, al darse cuenta de la ofensa, borraron casi inmediatamente la foto.

A lo largo de todo el video se disculpa repetidas veces por haber hecho enojar a alguien y asegura apoya incondicionalmente la paz y respeto entre las diversas culturas. Te llamará la atención por qué, si Kiko Mizuhara era inocente, necesitaba aclarar algunos puntos. Una explicación es histórica y la otra económica.

Hablar de Yasukuni y la bandera del sol naciente en el Este de Asia es un tema delicado. Ambos son símbolos del imperialismo japonés que incomodan a los chinos y coreanos (del norte y sur). La razón de esto es el pasado colonial y militar de Japón. Éste intervino en Corea desde finales del siglo XIX y formalmente la colonizó en 1910; por su parte, tuvo varios enfrentamientos con China, le arrebató Manchuria en 1931 e invadio el resto del territorio en 1937.

Imagen: Máxima expansión del imperio japonés durante la segunda Guerra Mundial.

Tanto la respuesta nacionalista como la represión imperialista fueron más intensas y de mayor duración en China (especialmente en la zona de Manchuria) y en Corea, hecho que explica el gran resentimiento de chinos y coreanos contra los japoneses. La esclavitud sexual de chinas y coreanas en beneficio del ejército japonés e incontables muertos, desaparecidos o torturados, son las cicatrices más profundas de este periodo oscuro, las cuales tienen resonancia en las relaciones políticas y económicas entre estos Estados.

Después de la rendición japonesa se llevaron a cabo los Juicios de Tokio, en estos se juzgó a militares y funcionarios del imperio nipón (nunca se tocó a la familia imperial), varios de ellos fueron condenados a muerte o prisión perpetua. A pesar de esto y de varias disculpas que ha pedido el gobierno japonés –incluso del mismo emperador Akihito (hijo de Hirohito) —chinos y coreanos opinan que no han sido sinceras o suficientes. Por el contrario, una encuesta del periódico japonés Mainichi, establece que el 57 por ciento de los encuestados opinan que Japón ha pedido las disculpas necesarias o que no hay siquiera la obligación de pedir perdón.

Yasukuni es un templo sintoísta. En el sintoísmo se cree que hombres sobresalientes, entre otros elementos de la naturaleza, mueren y se convierten en Kami (espíritus); para que estos los protejan o favorezcan se debe de venerarlos, en consecuencia se erigen templos en su honor. Yasukuni fue construido para reverenciar a los caídos en las guerras de Japón, particularmente desde la era Meiji a la Showa (1868-1988), periodo que coincide con la expansión militar de Japón. Ese hecho, pero sobre todo que el templo contiene, desde 1978, los nombres de 14 criminales de guerra clase A (los más castigados) irrita a autoridades o población china y coreana (del norte y sur).

Santuario de Yasukuni, en Tokio.

Más de uno seguro habrá escuchado que Japón es el país del sol naciente.  Y sí, Nippon o Nihon (日本) quieren decir, literalmente, el origen del sol. Esto debido a que, desde la perspectiva sinocéntrica, el sol salía desde la ubicación de Japón, es decir, desde el este. En consecuencia, la bandera utilizada desde 1868 y hasta 1945 (el periodo imperial nipón) fue la del sol naciente. En Corea y China este símbolo es relacionado con el dominio colonial y las ambiciones imperialistas de Japón, que, como se vio, es un capítulo ríspido e inconcluso en la historia del Este de Asia, por ello es bastante polémica, ofensiva e incluso detestada.

Bandera, símbolo del imperio nipón.

La plaza de Tiananmen, además de ser un punto turístico obligado en la capital China, es un lugar con un amplio significado para los opositores del régimen chino. Esto debido a que en 1989, en pleno deshielo de la Guerra Fría, se realizaron protestas estudiantiles en pro de la apertura democrática, a lo que el gobierno respondió con una represión brutal, eliminando toda esperanza de un cambio. Haciendo una analogía, esta plaza representa a los chinos lo que la Plaza de las Tres Culturas en México. Razón de esto, la disculpa de Kiko ante su polémico like en Instagram.

Si se analizan las supuestas injurias, la primera y la segunda se realizaron contra la población en general (incluido el gobierno), pues tocó temas sensibles que pudieran molestar a más de uno. La tercera fue más hacia las autoridades chinas que a la población. Sea el agravio que sea, Mizuhara se preocupó de repercusiones económicas a su imagen. Por un lado, personas u organizaciones ultra nacionalistas hacen boicots de productos o quema de imágenes o mercancía.

Sin embargo, las críticas u ofensas al gobierno serían las más preocupantes para la artista, pues el gobierno podría limitar su presencia en los medios o presionar a las empresas para que no firmen contratos con ella. Sea la medida que sea, perder parcial o totalmente un mercado de mil 300 millones de personas es un problema que haría a más de uno pedir disculpas de lo que sea. Habrá que estar al pendiente si hay consecuencias de peso para Kiko, así como seguir de cerca los otros problemas en el mundo del entretenimiento derivado de coyunturas políticas.