Sentencian a los creadores de “Nth Room”, el caso de crímenes sexuales que sacudió Corea del Sur

La Corte Suprema de Justicia de Corea del Sur confirmó las penas de Moon Hyung Wook y Kang Hoon, dos de los responsables de crear y administrar Nth Room, una red de crímenes sexuales en salas de chat de Telegram. 

Moon Hyung Wook, de 24 años y conocido por su nombre de usuario “God God”, recibió una pena de 34 años por obligar a 21 mujeres y niñas a compartir casi 3,800 videos sexualmente explícitos, que posteriormente distribuiría en salas de chat de Telegram llamadas Nth Room. 

Desde su arresto en mayo de 2020, Moon obtuvo 12 cargos penales relacionados con crímenes sexuales, entre ellos, producir y poseer videos sexualmente explícitos de 21 mujeres y niñas desde 2017 a 2019, amenazar a tres familiares de las víctimas con publicar estos contenidos, así como por difundirlos en las salas de chat de Telegram durante febrero 2019 a enero de 2020, de acuerdo con The Korea Times. 

Aunque los fiscales encargados del caso Nth Room exigieron cadena perpetua para Moon, la Corte de Justicia estableció una pena de 34 años.

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Mientras que Kang Hoon, de 20 años y que solía denominarse “Butta”, obtuvo una sentencia de 15 años por forzar a 18 mujeres y niñas a grabar contenido sexualmente explícito, así como por publicarlo en Telegram. Anteriormente, se le acusó de haber colaborado con Cho Ju Bin, la mente maestra de Nth Room, para organizar una red de crímenes sexuales a través de una sala de chat de Telegram conocida como Baksabang.

La ratificación de las sentencias de Moon Hyung Wook y Kang Hoon, ambos responsables de Nth Room, por parte de la Corte Superior de Justicia de Corea del Sur es un paso más en la exigencia de justicia para las víctimas. 

¿Qué es el caso Nth Room?

En 2020, Corea del Sur acaparó las miradas internacionales por el caso Nth Room, en donde un grupo de jóvenes surcoreanos, conformado por al menos 38 cómplices, desarrollaron una red de pornografía a través de salas de chat de Telegram. 

A través de las llamadas “Nth Room”, este grupo delictivo produjo, distribuyó y comercializó contenido sexual explícito de aproximadamente 74 mujeres y niñas, a quienes obligaron a grabar bajo condiciones inhumanas y degradantes.   

En mayo de 2020, las autoridades surcoreanas arrestaron a los principales responsables de organizar esta red criminal, incluidos el creador Moon Hyung Wook. Sin embargo, las identidades de otros cómplices e implicados en el caso continúan en el anonimato, entre ellos empresarios, artistas y otras personas que pagaron a través de criptomonedas para adquirir dicho contenido.   

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Cho Ju Bin, la mente maestra de Nth Room, también recibe condena

Moon Hyung Wook y Kang Hoon no son los únicos responsables de Nth Room que han recibido penas por sus delitos sexuales. En octubre, Cho Ju Bin, de 25 años y conocido como Baksa, obtuvo una pena de 42 años en prisión.

Cho es considerado como la mente maestra de Nth Room. Además de recibir al menos 14 cargos por sus crímenes sexuales, también se le acusó de esconder 108 millones de wones producidos por sus actividades delictivas. 

Además de tener una sentencia de más de 40 años, deberá usar un brazalete electrónico durante 30 años y pagar 100 millones de wones. Por otro lado, tendrá prohibido trabajar en espacios relacionados con niños durante 10 años después de su liberación, de acuerdo con The Korea Times. 

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Las penas de Cho Ju Bin, Moon Hyung Wook y Kang Hoon son un precedente para castigar los delitos sexuales digitales en Corea del Sur, que anteriormente recibían penas mínimas.

En 2018, el caso de Son Jung Woo impactó a la población surcoreana. Son era el líder y creador detrás de uno de los sitios de pornografía infantil más grande a nivel internacional. A pesar de su responsabilidad detrás de crímenes sexuales, sólo recibió 18 meses en prisión, según The Korea Times.   

Por lo que el caso de Nth Room no sólo es un llamado de atención contra la violencia de género, sino también para desarrollar e implementar leyes más estrictas y procesos judiciales más justos en materia de crímenes sexuales digitales.