Present Still Perfect es la continuación de la historia de amor entre Toey y Oat, una película que nos muestra algunas claves de lo complejo que es el amor.
En la actualidad las series Boys Love (amor de chicos) están a la orden del día. Sin embargo, muchas de las historias que se transmiten aún se centran en el romance adolescente o escolar, lo cual no es malo en absoluto. Como fan de estas series, las obras como 2gether o My oxygen son todo un placer emocional y visual.
Aún así, existen otras obras, otros filmes, que despiertan en la audiencia otra clase de sentimientos más profundos. Que incluso tocan temas como la autoaceptación, la liberación y la forma de ver la vida, mezcladas con mensajes profundos en la trama.
Present Still Perfect, del director Aaam Soisa-ngim, es una de esas obras que toca las sensibilidades humanas de los espectadores y nos transporta a un viaje confuso y lleno de interrogantes acerca de la esencia de cada uno, con un final muy dulce.
La cinta es la continuación de Present Perfect, filme del 2017 que se convirtió en la primera película tailandesa auspiciada por el gobierno de Hokkaido y que durante el Festival de Cine LGTB, Roze Filmdagen en Ámsterdam, obtuvo el premio a Mejor Película.
Toey, es un fotógrafo de eventos, quien tras un viaje de descubrimiento a Japón conoce a Oat, un chico tailandés que está a punto de casarse y tener una hija. Durante su viaje él tiene relaciones con Oat y tras muchos conflictos internos se enamora de él. Pero cuando llega el momento de regresar a la realidad y asumir sus nuevas responsabilidades como padre, Oat y Toey discuten y terminan.
Después de que este le abandona, Toey sigue con sus constantes viajes, evitando la tristeza y desesperación por la separación de Oat. Pero dos años después tiene un doloroso y confuso encuentro con él en el aeropuerto que termina por hacer sentir a Toey aún más herido.
Luego de esos hechos y trás enviar incidentalmente un mensaje a su antiguo amor, Toey deberá lidiar con sus sentimientos otra vez cuando éste se presente en la posada en la que se estaba quedando. Y esta vez, ayudado con sus nuevos amigos, Toey toma la decisión de que cinco días serán suficientes para dejar salir sus sentimientos y ser feliz. Pero Oat no está de acuerdo.
Lo que vale la pena de esta película no es solo ver la conclusión de la historia de esta pareja. Sino que también el gran trabajo del guión, que nos permite identificarnos con el profundo diálogo acerca del bien y del mal, de quien lastima y quien es lastimado durante toda la película.
Pero sobre todo el mensaje del ahora y el presente, pues este es igual de relativo que el amor, por lo que vivir y enamorarse, sufrir y lastimar a otros es normal. Lo que importa es que esté presente siempre está en movimiento y cambiando, así que… por qué nosotros no cambiaríamos también, nada es absoluto y en el amor es igual.
Otro de los puntos de valor es el regreso de la analogía del nato (semillas de soja fermentadas); acerca de cómo debe ser el amor y de las muchas formas que existen en el mundo para gozar de él.
Esta analogía se ve ahora complementada con la idea de que todo tiene una perspectiva propia y que no siempre la felicidad tiene que guiarse por los estándares de otros o depender de la aceptación ajena. En su lugar debemos trabajar en aceptarnos a nosotros mismos y a los que amamos y disfrutar de su compañía y de nuestra propia vida.
La historia nos hace olvidar que se trata de una pareja homosexual, pues vemos en esta los problemas del amor, sin importar el género. Vemos al amor puro sin etiquetas y sin prejuicios. Nos permite dejar atrás la palabras “amor de chicos” y entender a la historia sólo como el “amor de dos personas que se aman y sufren por no poder estar juntas”; y que aman a lo que les rodea, que no quieren lastimar a nadie, pero que tampoco están dispuestos a dejar ir ese sentimiento.
Cada uno puede crearse una idea de lo que se siente con esta cinta; pues todos nos hemos enamorado y nos enamoramos de alguien tan loca y perdidamente que podríamos llegar a sentirnos culpables fácilmente si ese amor no es lo que otros esperan. Pero algo que nos dejó esta película es saber que todo lo que sentimos es nuestro y solo nosotros podemos decidir en qué convertirlo en nuestras vidas, un dulce amor, uno amargo, un recuerdo doloroso o una memoria de por vida.
En esta entrega podemos ver el crecimiento de Toey y Oat, que sin duda es una explosión de emociones. Estos personajes que desde la primera película nos hicieron sentirnos arraigados a ellos, regresan a ponernos sentimentales.
Para muchos otros, como es mi caso, recordar viejos amores y amistades que nunca olvidaré. Así como a recordar lo que se siente cuando quieres que el mundo se detenga y poder proteger a todos y no herir a nadie.
A ellos se suman otros grandes personajes como Kenta, quien jugó el papel de guía para Toey, recordándole la analogía del nato y su significado; y mediante una comparación de diferencias entre las costumbres de ambos países asiáticos, invitó a Toey a redescubrir su esencia y dejar de pensar que su amor es egoísta, solo por no encajar en la “normalidad”; ya que esa normalidad es relativa.
Además de Jane y Kham, una pareja que nos recordó lo fácil que es lastimar a alguien y lo difícil pero significativo que es perdonar y cuidar cuando se ama al otro.
Finalmente está Nawhan, la esposa de Oat. Una mujer que a pesar de considerarse independiente, está atrapada en las costumbres de su familia y quién resulta ser la pieza decisiva para que el amor de Toey y Oat sea una realidad, una sin dolor. Nawhan vence sus propias barreras y acepta a Oat por quién es; acepta la felicidad que han tenido como un regalo y lo anima a ser verdaderamente feliz, reconociendo en los años que estuvieron juntos el amor (no romántico) que le ha tenido y lo buen padre que es para su hijo.
Una vez más al director nos maravilló no solo con su guión, sino que también con la elección de paisajes que podemos disfrutar en cada escena. Aportando a la historia escenarios de acuerdo con el momento de la película , del mensaje o de las emociones que transmitían los personajes.
Agua y arena, estos elementos nos llevaron por el camino hacia la cúspide de la decisión de Toey y Oat y jugaron con nuestras sensaciones en cada momento.
En especial para mí la escena final en la playa es muy especial, pues con el hermoso sonido del agua podemos ver que al igual las olas todo comienza a moverse de manera sutil y a dar paso al reflejo de la puesta de Sol marcando un momento único y hermoso para la pareja. Sin duda una de mis escenas favoritas.
En conclusión Present Perfect y Present Still Be Perfect, son obras que nadie debe perderse, pues tanto los fans del género BL como los fans del cine en general, encontrarán en esta obras un excelente guión, un manejo de escenas muy emocional y un mensaje que pondrá a toda persona que vea la cinta a pensar sobre su propia vida y la de los otros.
Si deseas ver esta historia, ambas cintas; Present Perfect y Present Still Perfect están disponibles para el público internacional en Vimeo y Gagaoolala.
Vimeo, click aquí.
Gagaoolala click aquí.
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