Tsuneko Sasamoto, la primera fotoperiodista de Japón

March 10, 2021
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Tsuneko Sasamoto, la primera fotoperiodista de Japón

Tsuneko Sasamoto es la primera mujer japonesa en dedicarse al fotoperiodismo. A sus 106 años, Sasamoto retrata a Japón con la misma pasión y dedicación que en sus inicios. 

El país del sol naciente destaca en muchas áreas como el arte, la ciencia y la tecnología, pero se queda muy atrás en temas de derechos humanos y de género.

La situación no parece mejorar, ya que, de acuerdo con el Índice Global de Brecha de Género 2020, Japón se ubicó en la posición 121 de 153 países, la más baja en su historia.   

A pesar de ello, las mujeres niponas han desafiado los estereotipos y los valores tradicionales a lo largo de los años. Una de ellas es Tsuneko Sasamoto, la primera fotoperiodista de Japón, una profesional con más de 75 años de experiencia que continúa tras el lente después de un siglo de vida. 

En búsqueda de su sueño

Tsuneko Sasamoto nació en 1914. Oriunda de Tokio, Sasamoto vivió etapas muy difíciles en la historia de Japón, desde las guerras mundiales hasta la ocupación estadounidense, la posguerra y la modernización. 

En un inicio, Sasamoto estudió economía doméstica a causa de la presión e influencia de su padre. Pero su interés y amor por el arte la llevaron a abandonar su carrera. En poco tiempo, decidió estudiar arte en secreto gracias al apoyo de su madre, quien también la alentó a perseguir sus sueños.     

Su primer acercamiento al fotoperiodismo llegó gracias a un conocido. El fundador de una agencia de fotografía, Kenichi Hayashi, la contactó y le ofreció un empleo como fotoperiodista. En aquel tiempo, no había muchos fotoperiodistas en Japón, pero al aceptarlo, Sasamoto se convertiría en la primera mujer japonesa en hacerlo. 

Kenichi Hayashi fue la persona que le explicó a Sasamoto sobre el fotoperiodismo y su relevancia en esa época de guerras. En la oficina de Hayashi, Sasamoto vió la portada de la revista Life hecha por la fotógrafa estadounidense Margaret Bourke-White

Sasamoto no tenía mucha experiencia en la fotografía. Pero ver el trabajo de Bourke-White le aceleró el corazón y se convirtió en la inspiración que la motivó a dedicarse al fotoperiodismo.

La lucha de Sasamoto contra la desigualdad de género

Tsuneko Sasamoto se unió a la Photographic Society de Japón en 1939. Con tan solo 25 años, empezó a trabajar como fotoperiodista en el extranjero. 

En el camino, aprendió y perfeccionó su técnica al mismo tiempo que trabajaba y conocía otros países. Al poder comunicarse en inglés, logró destacarse y tener muchas oportunidades.

Sin embargo, Sasamoto se enfrentó con la discriminación y la desigualdad de género por ser mujer. Se le prohibió cubrir sucesos importantes de la época aunque era corresponsal de Japón,  por lo que sus primeros trabajos se limitaron a temas diplomáticos y nacionalistas.  

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De acuerdo con The Japan Times, para Sasamoto lo más difícil era que las mujeres debían usar tacones y vestidos mientras laboraban. Ambos eran incómodos y le impedían tomar buenas fotografías.  

Además, Sasamoto confesó que durante su carrera se enfrentó a comentarios sexistas y discriminatorios, tanto de sus jefes y colegas como de las mismas personas que capturaba bajo su lente.

Japón a través del trabajo de Sasamoto

La fotoperiodista japonesa tiene una trayectoria de más de 75 años. En este tiempo retrató momentos importantes e invaluables de la sociedad nipona. 

Entre ellos se encuentra la visita del General Douglas MacArthur y su esposa Jean en 1947, durante la ocupación estadounidense en tierras niponas. Así como la imagen del líder del Partido Comunista, Inejiro Asanuma, en 1955. Este fue su último retrato, ya que fue asesinado al día siguiente. 

Además de capturar a famosos escritores y artistas japoneses, el trabajo de Sasamoto se enfocó en las causas sociales. Por lo que en su portafolio se encuentran recuerdos de manifestaciones estudiantiles y de trabajadores de minas de carbón, así como de la lucha y resistencia de las minorías en la época de posguerra y posterior a la modernización de Japón.  

Sasamoto dedicó su trabajo a reconocer la lucha de las mujeres japonesas en contra de la desigualdad y la discriminación de género.

Una de sus exposiciones más importantes fue 100 Women que reunió 100 retratos de mujeres nacidas durante las eras Meiji (1868-1912) y Showa (1926-1989). La colección rindió homenaje a las mujeres niponas que desafiaron los valores tradicionales y persiguieron sus sueños a pesar de los obstáculos de la sociedad.