El Palacio de Bellas Artes fue testigo, el pasado 18 de agosto, de la presentación del grupo nipón Wasabi, conjunto que lleva a la música tradicional japonesa a través de una adaptación de la música actual.

En punto de las siete de la noche el telón se abrió y dio lugar al cuarteto conformado por Ryochiro Yoshida, Hiromu Motonaga, Shin Ichikawa y Naosaburo Biho, quienes gracias al shamisen, el shakuhachi, el koto y el taiko (instrumentos tradicionales japoneses) darían su primer concierto en México.

Shinonome (El alba de Japón) fue la melodía con la que inició el evento, el asombro del público no se hizo esperar, generando una atmosfera que lograba involucrar a los espectadores con lo que ocurría en el escenario.

Fue así que llegó la melodía Kokiriko (El folclor más antiguo de Japón) con la cual Motonaga invitó a los asistentes a acompañar con aplausos al ritmo de la música, volviéndose “los más energéticos que hemos visto”.

Sin duda, uno de los momentos más icónicos de la velada fue cuando Yoshida tomó su shamisen y al mero estilo de una estrella de rock demostró su habilidad con su instrumento de cuerdas.

Motonaga, Ichikawa y Biho no se quedaron atrás y presentaron un “solo” cada uno con el que daban cátedra de la destreza a través de cual el público no dejaba de aplaudir y demostrar su gusto por lo que estaba presenciando.

El concierto fue organizado por la Embajada de Japón en México para conmemorar los 130 años de la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, el primer convenio igualitario que firmó Japón con una nación no asiática.

Y en ese momento el público despedía a Wasabi con una ovación de pie, el Palacio de Bellas Artes, lugar icónico en nuestro país había recibido una propuesta diferente a lo que nos tiene acostumbrados y el público a través de sus aplausos y ovaciones invitaba a los nipones a regresar a tierras azteca. Y en efecto, Wasabi prometió volver.

Agradecemos las facilidades otorgadas por la Secretaría de Cultura, el INBA y al Palacio de las Bellas Artes.