Las luces del Busan Cinema Center y los ríos de artistas del cine se desvanecen junto con la ceremonia de clausura de la 22 edición del Festival Internacional de Cine de Busan 2017, la cual culminó el pasado 21 de octubre con la presencia de los actores Kim Tae-woo (Joint Security Area) y Han Yeri (Age of Youth).

Este año fue crucial para la participación de las mujeres cineastas, pues fue la primera ocasión en que las proyecciones de inicio y clausura estuvieron dedicadas a directoras asiáticas. El arranque del festival estuvo a cargo de la directora coreana Shin Suwon (Glass Garden), mientras que el cierre lo protagonizó la directora y actriz taiwanesa Sylvia Chang (Love Education).

El primer lugar de los New Currents fue otorgado al director iraní Mohsen Gharaei por su película Blockage, en esta categoría lo acompañó como ganador el director coreano Kim Ui-seok por un drama adolescente llamado After My Death. Pues lo jurados premiaron la visión sobre dos sociedades con sistemas dispares, donde la corrupción y mal sistema legal repercuten gravemente en la vida de sus ciudadanos.

El premio a la actriz del año fue para Jeon Yeo-been por After my death (Kim Uiseok) y el actor del año lo ganó Park Jong-hwan por su participación en la cinta coreana Hit the Night (Jeong Gayoung).

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El Busan Bank Award fue para la película australiana Pulse de Stevie Cruz-Martin, recordemos que en esta categoría (Flash Forward) se encontraba nominada la directora mexicana Jimena Montemayor por su segundo largometraje, Restos de Viento.

Durante el festival, la directora mexicana explicó que su filme retrata la superación de la muerte, esperando ayudar a quienes conocen lo difícil del proceso “si han sufrido alguna pérdida de algún ser cercano y querido, ese proceso de duelo que pareciera enloquecernos y por el que todos pasamos… ojalá conecten y de alguna u otra manera sanen si es que lo necesitan”.

El premio al cineasta del año fue para el japonés Suzuki Seijun. Nacido en Tokio en 1923, ha dirigido al menos 40 trabajos con los cuales, desde 1967 lo posicionaron como figura representante de la Nueva Ola Japonesa. Sus películas giran en torno a la mafia japonesa y el uso particular del color determinaron una nueva estética en el cine mundial.

Foto: Betsy Constantino