¿Quién decide qué es justo, cuál es el mejor castigo, qué tipo de crimen es peor, quién merece ser perdonado? El director japonés Hirokazu Koreeda hace estás preguntas en su película El tercer asesinato (2017), la cual se estrenará este viernes 18 en la cartelera de los cines mexicanos.
“el cine es un instrumento para entender qué son los humanos” – Hirokazu Koreeda
La película narra la historia de Shigemori, un abogado que tiene por cliente a un asaltante y homicida llamado Misumi. El caso parece complicado. Misumi se declara como el único culpable de haber asesinado a su ex-jefe, quien era dueño de una fábrica de comida, esposo de una ama de casa y padre de una joven estudiante de preparatoria.
Ahora, te compartimos algunas razones para no creer en la justicia después de ver esta película.
La justicia es ciega
Para aplicar la justicia son necesarios diversos elementos sociales y morales, los cuales se establecen por un conjunto de personas que deciden las reglas para comportarse en la vida cotidiana y las consecuencias cuando alguien rompe una de estas normas.
La propuesta de Koreeda es una reflexión acerca del sistema, tanto de Japón como en los términos generales de la justicia. A través de la experiencia de Shigemori y otros abogados, cuestionamos por qué alguien merece morir por robarle la vida a otra persona.
Exploramos lo que significa “ser justo”. Nos preguntamos sobre los prejuicios, cuando aún no existen argumentos claros sobre el crimen ocurrido. Así como sobre la validez de aplicar la justicia dentro de las leyes y fuera de ellas, es decir la justicia por mano propia.
¿Qué es la verdad?
Una de las premisas principales de El tercer asesinato es la verdad. Durante toda la trama luchamos por indagar si las declaraciones de Misumi son reales, ya que él siempre cambia los detalles de su asesinato cuando es interrogado por los abogados.
En esta historia de verdades, mentiras y secretos estará involucrada la esposa sumisa del difunto, una hija ensimismada que tiene un pasado muy difícil de contar, así como un muerto con una vida poco respetable.
Si algo queda claro es que los espectadores nunca conoceremos una única “verdad”. A lo largo de la película, sólo compartiremos las dudas y la frustración de Shigemori por no saber quién es el culpable. Además descubriremos que poco se puede hacer para combatir a un sistema que se niega a desenterrar las razones.
Pena de muerte
Koreeda propone una reflexión sobre la dura sentencia que debe recibir Misumi por robarle a su jefe tras cometer el asesinato. Incluso cuestiona el peso del castigo para ciertos crímenes. ¿Quién tiene derecho a decidir sobre la vida o la muerte de alguien más, cómo se ejerce el criterio?
En Japón los homicidas reciben la pena de muerte, las formas son variadas y los prisioneros terminan sus días en cámaras especiales. El tema es controversial, instituciones de derechos humanos consideran que esto atenta contra las garantías primordiales de los acusados, pues el sistema legal japonés puede tardar en ejecutar a un culpable casi 30 años o bien avisar su sentencia con unas horas de anticipación.
Entre México y Japón
La película es una oportunidad para observar las diferencias y similitudes de cómo se aplica la justicia en Japón, comparada con México. Donde si bien, los personajes japoneses parecen ser muy correctos y apegados a la ley, también se dejan llevar por el camino más sencillo y económico para resolver la situación del acusado. Dejando a un lado la búsqueda por la verdad.
Koreeda hace una denuncia a su contexto, pero también a la universalidad de un tema como la justicia. Pues a veces no importa el país donde se cometió el crimen, en todas las sociedades existen lugares comunes como la impunidad, el conformismo, la ceguera voluntaria y el silencio consensuado.
Los actores
El drama es protagonizado por el músico y productor japonés Fukuyama Masaharu, quien interpreta al abogado Shigemori. Aquí encontramos a un Masaharu que demuestra su capacidad actoral y cinematográfica, tanto para conducir el hilo de la historia como para fortalecer el concepto de confusión en la búsqueda por la verdad.
Sereno e inexpresivo, Misumi es encarnado por el actor japonés Kōji Yakusho, consagrado por 27 años de carrera y trabajos como Tampopo (1985), primer película de western noodle creada por el director Juzo Itami. Su reconocimiento internacional se lo debe a cintas como Memorias de una Geisha (2005) y Babel (2006).
El director
Hirokazu Koreeda es especialista en los dramas del mundo cotidiano y los conflictos íntimos de la sociedad. Nació en Tokio en 1962 y pretendía ser novelista, por lo que estudió literatura en la Universidad de Waseda. Aunque al final del día abandonó su sueño del papel para narrar a través de la película.
Un cliente frecuente de los festivales de cine internacional, este director japonés pasó de los conflictos familiares cotidianos a reflexionar un dilema universal. Ello a través de un entorno gris y hostil. “No quiero crear películas que generen disgusto o resentimiento hacia la vida, sino ofrecer la posibilidad de confrontarse con ella”, explicó al periódico El País durante el estreno de El tercer asesinato en el Festival de Venecia (2017).
Otras películas de este director han llegado a México de la mano de ND: Mantarraya como Tras la tormenta (2016) y Nuestra hermana pequeña (2015).
¿Se van a perder la oportunidad de ver cine japonés en pantalla grande? Recuerden que el estreno es este viernes 18 de mayo, no olviden consultar la cartelera.