Lim Sukyung, la chica del sur que luchó por reunificar Corea

May 2, 2018
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La chica del sur (2012). Foto: FB oficial de la película

“Conocí a una chica que trataba de hacer equilibrio sobre una delgada línea gris”

– José Luis García

La lucha por reunificar Corea no sólo se ha llevado en papel, protocolo y diálogos entre los líderes del Norte y del Sur, quienes históricamente se tomaron de las manos para cruzar el paralelo 38 en el Joint Security Area el pasado 26 de abril de 2018. Los intentos por unir a las dos coreas también se han realizado desde el activismo, gracias a una joven de 21 años que desafió todo en los años 80 para pedir por la paz. Ella es Lim Sukyung.

Así lo retrata el documental argentino La chica del Sur (2012), una serie de videos VHS grabados por José Luis García, quien conoció a la surcoreana Lim Sukyung durante su participación en el Festival Internacional de Jóvenes y Estudiantes en Pyongyang 1989, y diversas entrevistas a la activista después de su experiencia en la prisión.

El evento de 1989 fue testigo de la conjunción de jóvenes de todo el mundo que esperaban ansiosos recibir a la icónica Lim Sukyung, pues ella cruzaría la línea de vigilancia entre Corea del Norte y Corea del Sur para pedir por la reunificación y la paz entre ambas naciones. Hecho que la llevaría a una sentencia de prisión por 10 años.

Lim se convirtió en un símbolo, la chica nacida en el hemisferio sur había hecho un largo viaje para llegar al evento en Pyongyang con sólo un objetivo, demostrarle al mundo y a sus compatriotas que la vida de las personas está por encima de las ideologías dominantes. Así la bautizaron como “la flor de la reunificación”.



Sin embargo, las acciones de la joven y los resultados de la Marcha Internacional por la Paz y la reunificación de Corea terminarían en bellos recuerdos de lucha. Lim Sukyung fue apresada en Corea del Sur pues el gobierno de los años 80 perseguía fuertemente a jóvenes, estudiantes y personajes que atentaran contra la Ley de Seguridad Nacional.

Al menos 20 años después, el documentalista José Luis García decidió buscar a Lim para oír de su propia voz la experiencia de 1989. Una tarea complicada pues la ex-activista se dedicaba a dar clases a jóvenes y hablar muy poco sobre el pasado, donde predominaban sus ideales de unir a Corea.

Conforme avanza el documental y nos acercamos más al testimonio de la actual Lim, las cosas parecen más complejas. Los sentimientos de lucha y justicia de la juventud no desaparecen pero se tornan complicados, tormentosos y tristes cuando la mujer intenta hablar sobre ese ayer lleno de expectativas por crear conciencia en el mundo.

El retrato de Lim a través de los ojos de García muestra la evolución de una persona que luchó por la unión de los pueblos, pero que también fue capaz de decidir transformar su pelea a una nueva trinchera. Ahora sólo queda la esperanza de encontrar a más personajes como ella, que levanten la voz por la paz para todos los pueblos.