Se dice que todos los países deben tener un plan de contingencia ante cualquier situación que ponga en riesgo a su población, sin embargo, nadie esperaría que sea el mismísimo Rey de los Monstruos quien se encargue de poner en jaque no sólo a Japón, sino los intereses de las demás naciones del mundo.
Shin Godzilla es la cinta número 31 de la franquicia codirigida por Hideaki Anno (Neo Genesis Evangelion) y Shinji Higuchi (Ataque de los Titanes), representa el reboot de la saga original de Godzilla, pero desde el punto de vista de lo que hoy sería el gobierno japonés.
La película no deja nada a la imaginación. Desde la primera secuencia se nos da una probada del poder destructivo de Godzilla, situación que marcará la pauta para que el gobierno nipón tome cartas en el asunto y comience a buscar soluciones ante dicha problemática.
Llegado a este punto, el film se posiciona dentro del cuartel estratégico; ahí se nota una influencia directa del creador de Evangelion al llevar la aparición de la crisis de lo político a lo trivial, pasando por una crítica al exceso de burocracia y protocolos en Japón, y de la dependencia e intervencionismo de Estados Unidos cuando sus intereses se ven afectados.
El juego de negociaciones desencadena en la búsqueda de opciones para vencer a Godzilla, en lo que sería un mundo realista que se preocupa más por la caída del Yen que por los destrozos y pérdidas humanas que la criatura puede provocar.
La cinta mantendrá al espectador atento de cada detalle presente en el desarrollo y combate de la crisis; sin embargo, para quien está acostumbrado a cintas donde se privilegia la acción -con ciudades destruidas por completo- es probable que todo este proceso le parezca denso, ya que representa la mayor parte del largometraje e incluso provoque desagrado hacia la cinta.
Con las actuaciones de Hiroki Hasegawa, Yutaka Takenouchi, Satomi Ishihara, se puede ver un trabajo, sin dar nada del otro mundo, que cumple; además, todo acompañado de una banda sonora a cargo de Akira Ifubuke, quien logra darle un sentido fresco a la musicalización original de Godzilla, con fragmentos que vuelven a recordar a Evangelion.
En cuanto a los efectos especiales, ocurre un fenómeno interesante. Actualmente se cuenta con avances tecnológicos para crear a cualquier ser de un forma realista, a través del CGI; sin embargo, por historia y forma en la que fueron concebidas, hay dos franquicias en las que esta condición no aplica y esto las caracteriza: Godzilla y Power Rangers; por tanto, no esperen ver escenas como las que el cine estadounidense nos tiene acostumbrados.
En conclusión, Godzilla regresa de una manera digna al cine a través de elementos que la han caracterizado desde sus inicios: crítica social y política; un material que le gustará a quienes no buscan sólo destrucción y acción, sino una visión estratégica del combate de crisis de las fuerzas japonesas con claras referencias a los riesgos que conlleva la fuerza nuclear.
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