Sympathy for Mr. Vengeance y las razones del dolor

May 10, 2017
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“En mis filmes me enfoco en el dolor y el miedo … El miedo justo antes del acto de violencia y el dolor posterior a ella. Esto aplica tanto a los perpetradores como a la víctimas”. Park Chan Wook

La 70 edición del festival de Cannes 2017 trae una sorpresa a los amantes del cine coreano, ya que albergará, entre sus jurados principales, al director surcoreano, Park Chan Wook, es por ello que durante el mes de mayo les compartimos una serie de reseñas de sus películas más populares. Comenzamos con el primer filme de su trilogía dedicada a la venganza: Sympathy for Mr. Vengeance (2002).

Dicho filme es una crítica de supervivencia de los que cuentan con menos recursos y aquellos que gozan del sistema de salud exclusivo de Corea. Aunado con dos historias de amor fraternal encadenadas por una serie de sucesos trágicos, los cuales dirigen a los dos protagonistas hacia los oscuros caminos de la venganza.

El actor Ha-kyun Shin interpreta a un joven sordomudo en busca de un riñón para su hermana enferma. Sin embargo, la falta de posibilidades en la lista de espera del hospital, lo obligan a recurrir al mercado negro. El engaño de unos estafadores, la pérdida del empleo y la urgente necesidad de encontrar un donante, lo llevan a secuestrar a la hija de su jefe, interpretado por Kang-ho Song (The Age of Shadows 2016), con el fin de cobrar una recompensa que lo ayude a resolver sus recientes problemas.

Si la vendetta es una forma de justicia, los personajes dan suficientes razones para empatizar con sus deseos de sangre. La cadena de tragedias figura como la mejor compañera de estos dos hombres, pues la hermana de Ryu (Ha-kyun Shin) y la hija de Dong-jin Park (Kang-ho Song) son las primeras afectadas por la fatalidad de los sucesos. Causa por la cual, los protagonistas llegan hasta las últimas consecuencias en haras de justicia para sus seres amados.

La historia es narrada a través las acciones con pocos diálogos, rasgo destacable de la cinematografía coreana con directores como Kim Ki-duk, quien presenta casi una nulidad en el habla de sus personajes.



Park Chan-wook, en entrevista con “The Filmmaker Magazine”, menciona sobre la narrativa audiovisual de Sympathy for Mr. Vengeance: “Quise usar diálogos cortos y transmitir mi mensaje a través del sonido y la puesta en escena. Traté de lograr un efecto surreal y poco convencional, intercalando tomas de grandes angulares con close-ups extremos”, afirmó.

Aunada a la trama, la fotografía realizada por Kim Byeong-il crea un peso contundente en las acciones de los personajes. Plagada de puntos de fuga, objetos de atención en el centro, así como escenas con encuadres simétricos, la parte visual genera una atmósfera pesada. En este mismo sentido, predominan los colores opacos, con tonos de gris, azul, verde y naranja para llenar el ambiente de un frío donde sólo el rojo de la sangre puede destacar.

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Si existe alguna motivante para crear una historia, la venganza es una de las temáticas más recurrentes. Es por eso que el director coreano hace uso de la vendetta como motor principal de su famosa trilogía: Sympathy for Mr. Vengeance, Oldboy (2003) y Sympathy for Lady Vengeance (2005). Ello, con el propósito de comprender el mundo de quienes albergan la rabia y quienes son víctimas de las secuelas del odio en sus expresiones más crueles.

En entrevista con el periódico The New York Times revela: “en mis filmes me enfoco en el dolor y el miedo … El miedo justo antes del acto de violencia y el dolor posterior a ella. Esto aplica tanto a los perpetradores como a la víctimas”.

Todos contamos con ese motor, probablemente un ser querido, que nos permitiría convertirnos en algún personaje de Park Chan-wook, sin importar el límite, sin interesarnos la crudeza, sin pensar en las consecuencias con tal de buscar la revancha.