Devilman Crybaby es un anime de Masaaki Yuasa no apto para cualquier público. Después de verlo, tendrás una perspectiva diferente de la animación japonesa.
Si algo caracteriza al anime son sus historias únicas y fuera de lo común. Aunque la animación comercial muestra escenarios más allá de la imaginación, hay otros títulos que irrumpen con temas y estilos polémicos e impactantes.
Un ejemplo es Devilman Crybaby, la readaptación de Masaaki Yuasa para celebrar el 50 aniversario del anime Devilman de Go Nagai, quien también dio vida a Mazinger Z.
La obra de Masaaki Yuasa sigue a Akira, un joven tímido e inseguro que se preocupa profundamente por los demás. Su amigo de la infancia, Ryo, regresa a Japón para pedirle su ayuda después de vivir varios años en el extranjero.
Ryo le confiesa a Akira que los demonios existen y que hará todo lo posible para eliminarlos. Pero no podrá hacerlo solo, necesita de Akira para cumplir su objetivo. Sin embargo, el método de Ryo termina por convertir a Akira en un Devilman, un ser mitad humano y mitad demonio.
Este anime es una coproducción entre el estudio Science SARU y Netflix, que se convirtió rápidamente en uno de los mejores títulos del 2018. ¿A qué se debe ese reconocimiento? A continuación, te explicamos porqué es tan inusual, polémico y arriesgado.
Empecemos por lo más evidente. El primer capítulo es todo un espectáculo de contenido para adultos y gore que te revolverá el estómago.
Todo ocurre de forma abrupta y sin consideración por los espectadores. Así que probablemente eso motive a más de una persona a no continuar con la serie. Es entendible, ya que Devilman Crybaby no es un anime para todo tipo de gustos, pero eso no quiere decir que sea una mala historia.
Se podría decir que Devilman Crybaby tiene dos momentos, ambos necesarios para dar vida y transmitir el mensaje detrás del anime. El primero muy intenso, frenético e invasivo, y otro que se desmenuza a paso lento, pero que es igual de impactante y brutal.
Masaaki Yuasa hace un buen trabajo para llevar el aspecto narrativo al plano visual. Desde los primeros minutos es muy claro que el estilo de animación se aleja totalmente de lo tradicional.
En algunos fragmentos, la animación de Masaaki Yuasa llega a ser un tanto realista gracias al manejo de las proporciones pero sin abandonar la estilización. Además, se aleja de la tendencia a exagerar y transformar los cuerpos, típico de los animes.
A veces sus escenarios pueden ser planos, descuidados y poco detallados, pero al final son un medio para transmitir la historia visualmente. Y no olvidemos el sello distintivo de Yuasa que lo lleva a distorsionar el espacio y los personajes para dar dinamismo a las escenas.
La dualidad del bien y el mal es un tema clásico del anime. Suele representarse a partir de la relación entre amigos de la infancia. Por lo que Devilman Crybaby no es la excepción, pero ¿qué lo hace tan único?
La pregunta inicial ¿existe el amor? puede confundir después de la dosis de contenido explícito no apto para menores, pero llega a su punto más significativo en el ocaso del anime.
En Devilman Crybaby la empatía choca con la brutalidad de la realidad. Al mismo tiempo, las lágrimas se convierten en una manifestación de esa empatía y una forma para cambiar el destino fatídico del mundo.
El desenlace del anime no puede ser más que estremecedor e inquietante, pues no se trata de derrotar al villano en la batalla final, sino de una enseñanza sobre el amor que puede terminar con la extinción de la humanidad.
Los impulsos y los deseos más oscuros del ser humano lo llevarán a su propia destrucción. Sí, no es una crítica social novedosa. En realidad, lo que hace a Devilman Crybaby es la forma de expresarla a través de la historia y la animación.
Esta crítica a la sociedad se muestra sin censura en los últimos capítulos de la serie. Se convierte en un espectáculo visual demasiado brutal y casi imposible de digerir. Es sombrío y recrea un destino apocalíptico muy al estilo de la biblia.
El ritmo que lleva la serie no puede ser más que crudo y perturbador. En algún punto, las escenas no llegan a ser tan explícitas como otros animes gore pero su carga simbólica y emotiva es tal que te causarán repulsión y horror.
Aunque Devilman Crybaby está basado en Devilman de Go Nagai, hay mucho del estilo del director japonés en la serie. Masaaki Yuasa está en cada rincón del anime, desde la animación y la forma de adaptar la historia hasta su libertad creativa.
Por momentos, Devilman Crybaby recuerda a otros de sus títulos como Kemonozume y Ping Pong: The animation. Más allá del aspecto visual, su manera de abordar las crisis existenciales de sus personajes se mantiene y cobra un matiz único.
Personajes como Miko y el grupo de raperos son resultado de esa libertad creativa, la cual asombra por lo bien que está construida. Cada detalle tiene una razón de ser para dar sentido al proceso y crisis de identidad de los personajes.
No por nada Devilman Crybaby es el anime que le dio reconocimiento internacional a Masaaki Yuasa. Se trata de un título no apto para estómagos sensibles, pero si te animas será una experiencia que te dejará una huella.
¿Ya viste Devilman Crybaby? ¿Qué te pareció?
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