Este domingo culminaron los Juegos Olímpicos de PyeongChang 2018, dejando una gran nostalgia no solo para los surcoreanos sino también para todos los que fuimos parte, aunque sea como espectadores, de este maravilloso evento.
Justo a las 5 de la mañana, hora de México, comenzó la ceremonia de clausura; y al igual que en la inauguración, el estadio rápidamente se llenó de colorido. En esta ocasión, un grupo de patinadores que representaban a varios deportes de la justa como el esquí o el patinaje de velocidad se encargaron de formar círculos muy vistosos y psicodélicos que poco a poco se convirtieron en los aros olímpicos.
En el palco de honor se encontraban el presidente del Comité Olímpico Internacional, el primer ministro de Corea del sur, la primera dama de Corea, la hija del presidente de Estados Unidos, Kim Yong Chol de Corea del Norte, entre otros personajes importantes.
Un grupo de niños llevó la bandera de corea del sur hasta el pie de una hasta donde guardias ataviados a la antigua usanza coreana izaron dicho pendón, al mismo tiempo que Jang Sa-ik y un coro de niños entonaban el himno surcoreano.
Acto seguido, la rampa que llevaba hasta el pebetero olímpico se convirtió en un gigantesco brazo de una guitarra sobre el cual unos danzantes representaron las cuerdas que interpretaron una versión rockera de la melodía Invierno de Vivaldi. Para esta presentación, Yang Tae Hwan de 13 años lideró la guitarra, mientras que el grupo de rock Jambinai y un conjunto de músicos que tocabana el gayageum lo acompañaban; al tiempo que una cortina de luces LED al centro del estadio formaba una gran pagoda que brilló espectacularmente.
Después de este derroche impresionante de talento, comenzó el tradicional desfile de atletas y banderas. Cabe señalar que para este desfile los atletas coreanos ya no salieron bajo una misma bandera y uniforme, los coreanos del norte vistieron de rojo y portaban pequeñas banderas de su nación y banderas de la corea unificada, mientras que los coreanos del sur vistieron de blanco y portaban banderas surcoreanas y banderas de la corea unificada.
Al concluir el desfile, el cielo olímpico se ilumino con cientos de drones que formaron a la figura de Soohorang, el cual parecía esquiar en los cielos, pero después de unos movimientos está figura se convirtió en un gran corazón. Posteriormente, una tortuga formada por varios elementos de luces y danzantes nos llevó por un viaje dentro de la cosmología coreana que representó el florecimiento de las cosas su desarrollo y su culminación.
En esta ceremonia, al igual que en los juegos de verano, se realizaron las dos últimas premiaciones de la justa invernal, por lo que fuimos testigos de la entrega de medallas a los ganadores de las pruebas más extenuantes: los 30 km femeninos y la de 50 km masculinos de esquí a campo traviesa.
Después de agradecer a los voluntarios y al pueblo coreano el presidente del COI con mucho pesar dio por concluidos los juegos olímpicos de PyeonChang y llamó a los atletas a reunirse dentro de 4 años en Beijing, con lo que se le pasaba la estafeta a la ciudad china.
El comité organizador chino recibió la estafeta olímpica y uno de sus primeros actos fue presentarnos el cartel oficial de la edición 24 de los juegos olímpicos de invierno. Para ello nos presentaron en el estadio un vídeo donde los niños, las familias, los deportistas y hasta el presidente chino nos decian “See you in Beijing” enviándonos postales de la milenaria China.
Esta presentación de la nueva sede estuvo acompañada de un grupo de pantallas controladas por computadora nos mostraron los logos de las ediciones anteriores de estos juegos, incluído el de Pyeonchang, para después proyectar el logo de Beijing. Un grupo de patinadores con trajes LED incluídos dos patinadores con trajes que asemejaban a un oso panda, dieron vitalidad a esta parte de la ceremonia, junto con un grupo de bailarines tradicionales chinos.
Los momentos más esperados de la noche fueron los que correspondían a las presentaciones del K-pop. La primera en hacer su aparición fue CL, ataviada en negro y con un grupo de bailarines, que al ritmo de “The Baddest Female” y “I Am the Best” y un performance lleno de fuego hicieron retumbar el estadio olímpico de PyeongChang.
Después, EXO haría su aparición, mostrando un show digno de un evento de esta envergadura. Kai fue el primero en aparecer, realizando una rutina de baile al ritmo de los sonidos de kkwaenggwari (gong tradicional coreano) y un beat de batería electrónica. Posteriormente, los otros 7 integrantes llegarían en vehículos todo terreno para para cantar Growl y Power.
Para terminar esta ceremonia los mismos niños que comenzaron la ceremonia de inauguración arribaron al estadio con unas esferas de luz con los colores olímpicos, junto con ellos una gigantesca caja de regalo se abrió y dentro de ella se encontraba una esfera de nieve navideña con el paisaje de PyeongChang.
Los niños se acercaron a la parte del estadio donde estaba el pebetero donde poco a poco se fue extinguiendo el fuego olímpico. Pero este triste momento paso rápidamente ya que DJ Raiden comezaron la fiesta y los fuegos artificiales para después dar paso al DJ Martin Garrix con quien concluirían estos Juegos.
Sin duda alguna este evento fue muy espectacular no solo por la calidez del pueblo coreano ni por las instalaciones y la tecnología vanguardista, sino que deportivamente estuvo llena de momentos históricos que seguramente serán recordados por mucho tiempo.
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