Motomami, el tercer álbum de Rosalía, está a nada de ser lanzado y con ello la cultura pop japonesa es, en parte, la inspiración para este proyecto. Descubre por qué Sailor Moon, Akira y más forman parte de este disco. ¡No te lo pierdas!
Por: Maria Fernanda Castañeda
Rosalía, una de las cantantes del género urbano más importantes del momento, está a nada de lanzar su álbum Motomami. Un proyecto que estará lleno de matices que contrastan en su inspiración por los sonidos flamencos, un recurso que escuchamos en El Mal Querer, y con un sonido más latino que nos mostrará parte de su transformación musical.
Pero eso no es todo, porque en este álbum también podemos escuchar una notable influencia de la cultura pop japonesa en Rosalía, que lo ha manifestado en sus últimos singles al añadir elementos del país nipón sobre su moda, idioma, videojuegos, gastronomía y anime.
Por ello, aquí te vamos a presentar unos datos imperdibles que debes de saber sobre el próximo estreno de Motomami, ¿listo?
Toda la vibra japonesa la podemos tener plasmada a partir del nombre de este álbum y claramente Rosalía no dejó pasar la oportunidad de incluir parte del idioma japonés en el título principal: Motomami.
De acuerdo con una entrevista con El País, la estrella española mencionó que Motomami es una frase compuesta que incluye dos significados: moto 元, que evoca a la fuerza y origen, mientras que mami representa la fragilidad y esencia femenina.
Asimismo, Rosalía ha resaltado que Motomami hace referencia a una mujer fuerte, decidida y luchadora, pero que también, a veces, tiene dudas e inseguridades, representando una dualidad.
En el tracklist, compuesto por 16 canciones, podemos encontrar tres connotaciones que se refiere al vocabulario japonés: “Sakura”, “Hentai” y “Chicken Teriyaki”; sin embargo, en algunas otras rolas del disco podremos encontrar algunos elementos pop tradicionales de este país.
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Tal es el caso de “Saoko”, que a lo largo de todo el videoclip podemos encontrar algunos guiños del anime, con los cascos de motociclista con unas impactantes orejas de gato o mejor dicho, los neko-helmets sacados del manga DuRaRaRa!!
Aunque también podría estar relacionado con nekomimi con rasgos gatunos, en este caso las orejas con una apariencia femenina que lo podemos encontrar en algunos animes.
De igual manera, Rosalía logró hacer un ambiente de fantasía al sacar su lado otaku con un estilo a lo girl gang, con un look que algunos fanáticos del gaming podrán identificar al tener guiños del personaje Chun Li de Street Fighter, con un atuendo en rojo, con una versión más moderna y casual, así como el lado kawaii con coletas de colegialas a lo Sailor Moon.
Algunas de las escenas recuerdan al manga Akira de 1988, que ambienta a una ciudad futurista al estilo Neo-Tokio; así como un homenaje a las pandillas de Bōsōzoku, un grupo de motociclistas japonenes populares de los años 80 que solían tener una estética extravagante y nacionalista, como un grupo rebelde que dominaba las calles de Japón.
Eso sí, Saoko no es una palabra que salga del idioma japonés, pero el cambio de la “c” por la “k” en el título da la impresión de que sí. Sin embargo, saoco es una palabra de origen africano, utilizada en países latinoamericanos y que refiere al ritmo, música o sabrosura.
Además de ser un tributo a la canción “Saoco” de Wisin y Daddy Yankee, cuyo coro pegajoso podemos encontrar en ambas canciones y que formó parte del álbum El sobreviviente publicado en el 2004.
Siguiendo con “Chicken Teriyaki”, Rosalía describe a esta peculiar canción como kawaii que, gracias a una coreografía llamativa, busca transmitir una imagen dulce femenina en contraste con una letra dura y poderosa.
Sin duda, llama mucho la atención que el nombre de esta canción sea un plato típico japonés, que es un pollo bañado en salsa Teriyaki y acompañado de arroz y brócoli con semillas de sésamo, y que podemos ver a Rosalia degustando en el videoclip.
Además, en algunos de sus versos podemos oír algunas palabras con influencia japonesa como “tu gata quiere naki, mi gata en Kawasaki”, que hace un homenaje a las famosas motocicletas Kawasaki de las cuales Rosalía es fan, que en este verso representa a una mujer arriba de una moto como símbolo de poder y confianza.
También podemos encontrar en el coro principal “Pa’ti Naki, Chicken Teriyaki”, que podríamos definirlo como “para tí nada”; aunque también puede ser un juego de palabras como un slang de las pandillas de mototaxistas “amixer” que ocupaban el término “Mas Naki” para expresar “Yo soy más que tú”.
Seguimos con “Hentai”, una rola romántica llena de analogías que podríamos decir, es una canción escrita como el tipo de poesía tradicional Tanka 短歌, género con erotismo refinado y un texto discreto que guarda mensajes en sus líneas que únicamente puede ser revelado por sus creadores.
A través de una canción con un ritmo melancólico, Rosalía canta a su ser especial con una letra amorosa y sexi; llegando a la parte final de la rola, podremos escuchar la frase “Bebé te quiero comer, ya te quiero hacer Hentai” que demuestra una forma romántica en la que ella interactua en la íntimidad con su chico.
Recordemos que el Hentai es un género de ficción japonés dedicado al contenido para adultos, la intérprete mencionó que esta canción para ella es un símbolo de sensualidad no explícito, además de que se considera fanática de estos dibujos al considerarlo como un arte bello y puro.
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A la mitad del álbum, aparece “Motomami” como un interludio con un ritmo lleno de sintetizadores bajo y varias voces a coro que acompañan a la española, con una influencia del rap noventero.
Rosalía intercala algunas palabras japonesas para darnos una definición de este tema a través de varias alegorías: “Ok Motomami, pesa mi tatami,hit a lo tsunami”, “Ok Motomami, fina un origami, cruda a lo sashimi”.
En esta primera frase tenemos al tatami 畳, objeto fundamental de la identidad japonesa, que consiste en un tapiz acolchado muy particular de las casas tradicionales que suele ocuparse para dormir, comer y realizar ceremonias tradicionales. Inclusive, en algunos sitios, el tatami representa un símbolo de comodidad y elegancia.
Seguimos con tsunami, que Rosalía lo representa como una gran ola de éxitos que se avecinan con “Motomami”; dando paso al origami 折り紙, que consiste en un arte japonés que fusiona un conjunto de técnicas para realizar figuras de papel variadas.
La estrella nuevamente rinde tributo a la gastronomía al mencionar al sashimi, que tal como lo menciona Rosalía, consiste en un plato compuesto de pescados crudos y mariscos finamente cortados, como una de las técnicas más memorables de la cocina tradicional.
Es el turno de “Candy”, que contiene un videoclip repleto de referencias cinematográficas, así como el tributo a los famosos karaokes japoneses que se han convertido en un referente del entretenimiento en el país nipón.
Al inicio podemos ver una toma panorámica del barrio de Shibuya en Tokio, el cual es conocido por albergar el mayor número de centros comerciales, clubes y espectáculos más top de la ciudad.
Este MV es una completa recreación a la famosa cinta del 2003 “Perdidos en Tokio”, con una de sus escenas más icónicas en la que los personajes asisten a un karaoke y en la que Rosalía utilizó el memorable look de la protagonista con su característica peluca rosa al más puro estilo de Charlotte.
El clásico beat de reggaeton, con un ritmo más calmado y profundo, dan la vibra perfecta para transportarnos a una clásica noche de fiesta japonesa con Rosalía mientras la escuchamos una canción nostálgica sobre el recuerdo de un amor perdido.
Finalmente tenemos a “Sakura”, la flor de cerezo que es un símbolo icónico de Japón. Esta especie suele florecer durante la primavera entre marzo y abril, que adorna las principales calles niponas y que está relacionado con el comienzo de una nueva vida.
Rosalía resalta que en esta canción quiso plasmar su fascinación por esta flor al encontrarla como un elemento bello, pero que suele tener un breve periodo de vida y que en algunas situaciones de la vida suelen sentirse de la misma manera.
***
Sin duda, Motomami es un claro ejemplo de cómo las culturas orientales están tomando más fuerza en la música para ser exploradas, y sobre todo, e integrar su gran riqueza cultural.
Resta esperar para conocer si Motomami podría fusionar sonidos que nos recuerde a Japón, más allá del uso de algunas palabras.
K-Lover, cuéntanos, ¿sabías de la influencia japonesa en Motomami?
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