¿Sabías que durante mil años solo dos dinastías familiares gobernaron el territorio de Corea?
Después de la etapa de los tres reinos y su unificación, los coreanos continuaron con muchas guerras internas hasta que la dinastía Goryeo tomó el poder y con ella Corea comenzó a funcionar como una verdadera nación unificada.
A principios del siglo X el reino de Silla unificado volvió a estar en conflicto. En esta ocasión los descendientes de los reinos coreanos independientes de Silla aprovecharon el abandono de los chinos, sus antiguos aliados, y después de casi 300 años lograron recuperar su independencia. Sin embargo, no les bastó con eso. En el año 918 el líder rebelde Wang Kum se proclamó como el nuevo rey del recién fundado reino de Goryeo.
Este nuevo estado se dio a la tarea de recuperar todos los territorios de la península de Corea y establecer en ellos un gobierno que tuviera un control absoluto de su territorio; cosa que pudo lograr gracias al establecimiento de budismo como religión oficial de todo el reino. Por otro lado, un nuevo orden social instaurado por esta familia permitió que se afianzaran en el poder y que lograran controlar la península por cuatro siglos.
Este sistema consistió en educar a los hijos de los guerreros más importantes, convirtiéndolos en personas que por medio de una educación refinada, de acuerdo a las necesidades del reino, permitiera tener al servicio del rey un ejército educado y muy bien entrenado.
De igual forma, estos guerreros eran casados con las hijas de las personas más importantes de todas las regiones de la actual Corea, logrando así el control de las personas acaudaladas que pudieran representar una inestabilidad para el rey.
Durante el gobierno de esta dinastía, Corea fue conocida por el mundo gracias al gran desarrollo comercial que se logró tanto de forma marítima como terrestre. De hecho, el nombre de Corea deriva de Goryeo ya que los comerciantes persas llamaban Korio a estas tierras, y este nombre se popularizó en el mundo occidental al ser mencionado en los relatos del viajero italiano Marco Polo. Los coreanos exportaron principalmente algodón, ginseng, tintas, papel, oro y plata, productos que intercambiaban por seda, caballos y mercurio.
La agricultura floreció en toda la península. Los sembradíos de arroz permitieron tener alimento para gran parte de la población, de igual manera la ideología budista que restringe el consumo de carnes hizo que aumentara la producción de vegetales y hortalizas como la col, el pepino y la berenjena, los cuales se convirtieron en la alimentación básica de los coreanos por muchos siglos. Este hecho podemos verlo en el Kimchi, uno de los platillos típicos, que se conforma de varios de estos vegetales y que persiste en la dieta coreana hasta nuestros días.
En esta época de la historia se popularizó el consumo de una de las bebidas más tradicionales de Corea, el Soju, que al igual que el Sake es una bebida alcohólica destilada del arroz.
Esta dinastía aportó mucho a la cultura coreana, sin embargo no pudo perdurar muchos años ya que hubo una guerra que casi extingue al pueblo coreano.
¿Sabes quién invadió el reino de Goryeo? Si te quedaste con la duda, no te pierdas el siguiente Curioseando… donde te contaré más sobre la historia de esta dinastía.