Cho Doo Soon: ¿Qué pasa con la liberación del violador que generó protestas en Corea?

December 14, 2020
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Cho Doo Soon obtuvo una sentencia reducida luego de que la Corte argumentó que durante el ataque se encontraba en estado de ebriedad.

En diciembre de 2020, Cho Doo Soon salió en libertad tras cumplir 12 años de su sentencia por violar y mutilar a una niña de ocho años en 2008, cuando él tenía la 57 años. Su salida provocó una serie de protestas ante la indulgencia de las autoridades por esta situación.

Cho Doo Soon llegó a Ansan, provincia de Gyeonggi, en donde cumplirá siete años de arresto domiciliario. Pese a que tendrá libertad de movimiento, las autoridades coreanas lo podrán rastrear por medio del uso de una tobillera electrónica con GPS. 

Además, un oficial se encargará de monitorear sus movimientos las 24 horas del día y los siete días de la semana. Asímismo realizará visitas aleatorias a su hogar. 

Cho Doo Son y su liberación

Tan sólo en los últimos tres años se presentaron más de 5,500 peticiones relacionadas con el caso de Cho Doo Soon en el sitio web de Cheong Wa Dae (el equivalente a la Casa Blanca en Washington, DC). En las peticiones, las personas instan al gobierno a encarcelar y revelar los datos personales del acusado. Incluso hubo quienes pidieron que nunca regresará a la sociedad, dicha petición reunió más de 610,000 firmas.

Tras su salida manifestantes se presentaron fuera de su casa. Los residentes de Ansan pidieron a las autoridades que prohibieran su regreso al lugar o que revelen su dirección por la seguridad de los habitantes. 

De la misma forma, residentes y activistas se manifestaron con gritos que pedían “ejecutarlo, “expulsarlo de Ansan” y sentencias más severas. Por lo que Cho Doo Soon estuvo acompañado de policías para evitar que le hicieran daño.

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El origen del horror

En 2008, Cho Doo Soon violó brutalmente a una niña de 8 años en Ansan. Cho secuestró a la víctima mientras iba camino a la escuela y la llevó a un baño de una iglesia cercana. La golpeó y violó de diversas formas, causándole graves heridas internas permanentes a la menor, además de que intentó ahogarla. Sin embargo, la niña sobrevivió al ataque, luego de ser operada durante ocho horas.

La policía lo capturó tres días después al encontrar sangre de la víctima en su ropa. Pero recibió una sentencia más leve porque la legítima defensa de Corea del Sur argumentó que el delito se cometió bajo los efectos del alcohol.

En ese momento los fiscales presionaron para que le dieran cadena perpetua. Cho ya contaba con otras 17 condenas penales desde 1972, desde extorsión hasta robo, violación y agresión.

La película Hope, del director Lee Joon Ik, contó la historia de la pequeña, con propósito de retratar situaciones que en ocasiones son invisibles para la sociedad, pero que están presentes en todo el mundo. 

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Cho Do Soon y las fallas del sistema de justicia

Las protestas que se desataron tras la liberación de Cho no son una novedad en Corea del Sur, dado que existe una queja constante porque los crímenes de carácter sexual son tomados con demasiada indulgencia por el culpable.



El argumento sobre el estado de ebriedad que utilizó la defensa del acusado provocó que la sentencia fuera menor. La Ley Constitucional en Corea prohíbe la doble incriminación, es decir, que las personas no pueden ser acusadas dos veces por el mismo delito. Por lo que el poder judicial no puede otorgar una pena de prisión adicional para Cho. 

Pese a que el Ministerio de Justicia presentó un proyecto de ley para crear la Ley de Supervisión de Protección en 2010, una medida complementaria para aquellas sentencias menores a criminales atroces, en la cual las autoridades podrían mantener a ciertos ex convictos, como asesinos y delincuentes sexuales, en una instalación separada después de su liberación. En 2014, el ministerio intentó convertir el proyecto en ley.

Cho Doo Soon

Esto no se logró ya que la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea (NHRCK) consideró que esto era una violación de los derechos humanos para aquellos que ya cumplieron su sentencia. 

Por ahora, las autoridades buscan proponer medidas para mantener encerrado a Cho, o al menos evitar un acercamiento con la víctima, quien también vive en Ansan. La Asamblea Nacional continúa discutiendo diversas medidas como prohibir la entrada al culpable a lugares donde haya infantes, así como controlar su cantidad de consumo de alcohol.

Su paradero y fotos estarán disponibles en el sitio web del gobierno de delincuentes sexuales registrados durante siete años. Sin embargo, cuando la sentencia termine su información personal ya no será pública, lo que hizo estallar la ira de los habitantes de Ansan ya que la autoridades consideran que es un riesgo para el acusado.

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México y Corea del Sur: Injusticias en crímenes sexuales

Pese a la distancia entre países, las situaciones de injusticia ante los delitos sexuales son similares. En Corea del Sur, existe una ley que obliga a qué la información personal de los violadores sea de acceso público. Sin embargo, las fallas en el sistema de justicia opacan los avances.

Con el creciente movimiento del #MeToo en el mundo, este tipo de temas son cada vez más notorios en la sociedad. Sin embargo, la justicia continúa siendo indulgente con este tipo de delitos, que en su mayoría le ocurren a mujeres.

Uno de los casos que muestran las fallas del sistema de justicia coreano fue el de Son Jong Woo, un joven de 24 años que cumplió una condena de tan sólo 18 meses de prisión tras ser encontrado culpable de operar uno de los sitios de pornografía infantil más grandes del mundo. 

Las estrellas del Kpop no están exentas de este tipo de situaciones, tal es el caso de Goo Hara. La cantante fallecida en 2019 denunció a su antigua pareja Choi Jong Bum, quién le tomaba fotos y videos íntimos sin su consentimiento, así como también la violentó a lo largo de su noviazgo.  El acusado recibió la sentencia de un año y medio de prisión y tres de libertad condicional.

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En México la situación no es distinta, la violencia a la mujer y los abusos en muchas ocasiones son minimizados por considerarse crímenes pasionales, incluso se culpa a la víctima de provocar el ataque. Uno de los más grandes avances que se tuvieron en México fue la Ley Olimpia, que busca proteger a quienes sufran de cualquier tipo de violencia sexual digital.

Sin embargo, este tipo de situaciones continúan proliferando a causa de que el sistema de justicia no procesa eficazmente a los delincuentes sexuales.