The Front Line (2011) revive los últimos momentos de la guerra de Corea, un conflicto que causó heridas en el pueblo coreano, imposibles de sanar.
El cine ofrece la oportunidad de conocer este episodio de la historia de la península, desde perspectivas y posicionamientos distintos.
Entre la producción cinematográfica ambientada en la guerra de Corea, The Front Line sobresale por su mensaje antibelicista y reflexivo, capaz de tocar el corazón y revivir las memorias del pueblo coreano.
The Front Line forma parte del ciclo de cine del Centro Cultural Coreano, un evento online que pone a disposición del público dos títulos sobre este conflicto bélico. Además de este largometraje, los usuarios podrán disfrutar de Joint Security Area (2000) de Park Chan Wook (Old Boy). Ambas de forma gratuita y subtituladas al español hasta el 14 de agosto.
1953. La guerra de Corea se encuentra en una etapa crítica. Las negociaciones continúan sin resultados concretos mientras ambos frentes mantienen el conflicto armado. El momento es crucial. Antes de la firma del armisticio, el objetivo es conseguir el mayor territorio posible. Ahí está la clave de la victoria.
Kang Eun Pyo es teniente de la Unidad de Investigación, quien recibe la misión de encontrar a los supuestos traidores dentro del batallón Alligator. Las sospechas apuntan a que dentro de sus tropas se esconden los responsables de la muerte repentina del ex capitán del batallón y de la correspondencia intercoreana.
Para ello, Eun Pyo deberá dirigirse a la línea del frente oriental, cerca de la colina Aerok, una zona hostil y en disputa entre ambas Coreas. Durante su llegada, las sorpresas comienzan a brotar, desde el re-encuentro con su viejo amigo Kim Soo-Hyuk, a quien creía desaparecido, hasta el capitán de la tropa de Aerok, un joven en sus veinte con mirada desafiante.
Su primeros momentos con el batallón Alligator, le traerán recuerdos de los inicios de la guerra que lo llevarán a replantearse su realidad y a cuestionar la existencia del conflicto armado.
Dirigida por Jang Hoon (Secret Reunion, A Taxi Driver), The Front Line es más que una simple película bélica. Se sumerge en las profundidades de la memoria del pueblo coreano para abordar la guerra desde la experiencia individual pero, al mismo tiempo, representa un sentir general.
Este largometraje fue un éxito en las taquillas de Corea del Sur. Incluso, en 2011 ganó las categorías a mejor película, mejor director, mejor guión y mejor actor nuevo (Lee Je-Hoon) en los Critics Choice Awards, la premiación de la Asociación Corea de Críticos de Cine.
Además, ese mismo año se llevó a casa otros cuatro galardones a mejor película, mejor producción, mejor fotografía y mejor iluminación en los Daejong Film Awards. Y recibió los premios a mejor fotografía y mejor diseño de arte en los Blue Dragon Film Awards.
The Front Line se proyectó en varios festivales de cine, pero uno de sus logros más destacados fue formar parte de la presentación oficial de Corea del Sur en la 84a edición de los Oscars en la categoría de mejor película extranjera, pero no logró clasificar en la lista final.
El cine refleja las preocupaciones, los pensamientos y sentires de la sociedad de su tiempo. Refresca memorias y muestra escenarios a través de formas difusas, que obligan a repensar esos sucesos inconclusos en la historia.
El director Jang Hoon construye The Front Line desde una perspectiva individual. A través del protagonista, los espectadores desenredan el nudo de la historia y lo acompañan a descubrir ese lado oculto de la guerra. Experimentan su dolor, permanecen impacientes y temerosos a lo que pueda venir.
La dualidad vida-muerte se retrata en el cine bélico occidental desde la perspectiva de los vencedores. Siempre hay un favoritismo y una representación de los vencidos como enemigos y responsables de su destino. En Oriente, el abordaje de la guerra a través del cine tiene sus matices. The Front Line es una de las películas dentro del cine coreano con un posicionamiento distinto sobre el conflicto bélico.
La experiencia individual de los miembros de la compañía Alligator recuerda las pérdidas, injusticias y atrocidades ocasionadas por los abusos de poder de la élite militar y política de la época. El largometraje retrata como sus decisiones terminan por banalizar la vida y la muerte de los soldados a su cargo.
En The Front Line abunda la frustración y el cansancio. Hay incertidumbre y miedo por un futuro con una guerra sin fin. Mientras tanto, acostumbrados a los reflectores, los líderes permanecen entre las sombras.
El batallón Alligator se esfuerza en sobrevivir, a pesar de las estrategias militares de los altos mandos, quienes ven a sus tropas como seres maleables y totalmente sustituibles. ¿En dónde queda la justificación de la guerra? Los personajes llegan a un punto de quiebre, que los hace dudar sobre sí mismos y el por qué luchan.
De pronto, sus “enemigos” no parecen tan distintos. Los norcoreanos también comparten su temor hacia la muerte y su deseo de regresar a casa. Una frase termina por reunir el mensaje del filme: “Nuestros enemigos no son los comunistas, es la guerra.”
Aunque no es muy claro la precisión histórica, The Front Line aborda el conflicto armado entre ambas Coreas desde una perspectiva realista y humana que invita a cuestionar la guerra. ¿Las pérdidas humanas, las injusticias y el daño emocional y físico, tanto a nivel social e individual, realmente pueden justificarse?
A 70 años del inicio del conflicto, The Front Line es una oportunidad para conocer los claroscuros de la guerra de Corea.
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