La Paradoja del asesino es una serie de Netflix que protagoniza Choi Woo Sik como un asesino con un gran talento; reconocer gente malvada.
La Paradoja del Asesino nos muestra una situación que ya vimos antes en múltiples series y películas: un asesino que le quita la vida a otros asesinos, o personas “malas”.
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Este tipo de material siempre genera un debate moral sobre las acciones del personaje principal: ¿Es el asesinato justicia? ¿Asesinar está bien siempre y cuando sea por las razones correctas?
El director Lee Chang Hee nos presenta la situación, pero no el dilema.
Lee Tang (Choi Woo Sik) es un estudiante sin rumbo que un día, en defensa propia asesina a un hombre de mediana edad en la calle.
Al principio, siente culpa.
Y más aún cuando es perseguido por Jang Nam Gang (Son Seok Ku), un detective con olfato de sabueso que, a pesar de no tener pruebas, sabe que Tang estuvo involucrado de alguna manera.
Conforme pasa el tiempo, nuestro protagonista es carcomido por la culpa, no come ni duerme pensando que lo van a atrapar.
Hasta que nos enteramos de que el hombre de mediana edad era un asesino y violador serial que justo acababa de quitarle la vida a su amigo.
Y entonces… la culpa empieza a desaparecer, poco a poco.
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Lamentablemente la situación no termina allí, ya que Tang dejó una testigo que busca tenerlo bajo la palma de su mano.
La situación se repite para él; una persona que amenaza su vida está frente a él, y cuando menos te lo esperas, también le quita la vida.
No, a lo largo de la serie podemos ver cómo Tang es un desastre emocional porque tiene una reacción normal: acaba de quitarle la vida a alguien, asesino o no, chantajista o no, usó sus manos para que una persona dejara de respirar.
¿Por qué el director no presenta el dilema moral?
Porque conforme avanza la trama vemos algo que desaparece por completo de nuestro justiciero, la empatía.
Hay una disonancia claro, pero no en los valores como persona del protagonista, si no en el detective que quiere llevarlo a la justicia. Jang es un policía rudo que muchas veces es demasiado agresivo con los sospechosos, pero que nunca flaquea con sus convicciones.
La justicia nunca debe hacerse por mano propia, porque si no se vuelve venganza.
Roh Bin es un personaje que conocemos más adelante, un pequeño nerd que ayuda a Tang a encubrir sus crímenes en nombre de la justicia. Y hace lo menos lógico de la situación: le dice que todos estos son super poderes que debe usar para el bien.
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Cubre sus huellas, y lo incita a asesinar más.
A lo largo de los episodios el director presenta una situación que hemos visto antes pero con un giro en particular: nunca nos hace dudar que las personas asesinadas merecen morir, remueve la culpa del protagonista y nos hace estar del lado de los justicieros perseguidos por la ley.
Porque cada vez que Tang mata, no quieres que se detenga, te alegras de que haya terminado con una persona que le hizo cosas malas a otra.
Pero momentos después, te llega un sentimiento de culpa porque después de todo, basura o no, asesino o no, seguían siendo personas.
A Killer Paradox es una serie de sólo 6 episodios llena de acción y suspenso que nunca resuelve la pregunta que plantea ¿Está bien asesinar personas “malas”? ¿La justicia lo sigue siendo cuando es por mano propia o se vuelve venganza?
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